Muere Ministro Gudiño Pelayo

El Ministro ya había padecido un infarto en 2007
Por Víctor Fuentes

Ciudad de México (19 septiembre 2010).- José de Jesús Gudiño Pelayo, Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, murió hoy a los 67 años de edad mientras vacacionaba en Londres, Inglaterra.
Fuentes judiciales confirmaron el fallecimiento por un infarto.

Mientras que están en curso los trámites para la repatriación, la Corte prepara un homenaje de cuerpo presente durante esta semana.

En 2007, Gudiño estuvo a punto de morir por un ataque cuando vacacionaba con su familia.

El episodio nunca fue revelado oficialmente por la Corte, pero el Ministro estuvo ausente dos meses y medio, lo que provocó críticas al máximo tribunal por no haber solicitado el nombramiento de un interino.

La muerte de Gudiño, a quien aún restaban más de cinco años de su periodo en la Corte, es uno de los golpes más duros en la historia reciente de la Corte, que ha perdido a uno de sus integrantes menos predecibles.

Originario de Autlán, Jalisco, y con una larga carrera en el Poder Judicial Federal, Gudiño fue nombrado Ministro como parte de la renovación total de la Corte a principios de 1995, y al lado de Juan Silva Meza y Olga Sánchez Cordero estaba en el grupo de juzgadores designados para los periodos más largos, que vencen en noviembre de 2015.
Es el segundo Ministro que muere en funciones desde la reforma de 1995, el primero fue Humberto Román Palacios, quien fue reemplazado por Sergio Valls.
Ahora ya sólo quedan cuatro Ministros del grupo original de 11, que se mantuvo sin cambios hasta la llegada de José Ramón Cossío en diciembre de 2003.

Aunque no hay plazos fatales, es previsible que la vacante de Gudiño sea ocupada antes de que termine el periodo de sesiones del Senado, que deberá elegir de entre la terna que envíe el Presidente Felipe Calderón, quien apenas el año pasado nominó a Arturo Zaldívar y Luis María Aguilar como sustitutos de Genaro Góngora y Mariano Azuela.

El momento es clave para la Corte, porque en su primera sesión de 2011, el Pleno deberá elegir a su nuevo Presidente, quien también cumple esa función en el Consejo de la Judicatura Federal.

La Corte también tendrá que designar a otro Ministro para que participe en el Consejo Coordinador para la Implementación del Nuevo Sistema de Justicia Penal, donde hay representantes de todos los Poderes.

Gudiño Pelayo se distinguió por ideas poco comunes y contrarias a las opiniones de la mayoría de sus colegas, quienes en lo personal lo estimaban por su carácter apacible y poco dado al protagonismo o los rencores.

Por ejemplo, el Ministro siempre consideró que las comisiones de derechos humanos suplantaban funciones de protección de garantías del Poder Judicial, y cuando la Corte decidió ampliar el ámbito de las controversias constitucionales, convirtiéndose en árbitro de infinidad de conflictos políticos, Gudiño Pelayo fue el único votó en contra.
Cuando se trataba de resolver puntos de derecho o dudas jurídicas, muchas veces era imposible adelantar cómo votaría, lo que lo convirtió en lo que la prensa estadounidense llama un "swing vote", el voto que puede romper el equilibrio entre liberales y conservadores.
En temas sociales y políticos, sin embargo, Gudiño Pelayo se había alineado en los últimos años con el bloque más liberal de la Corte.

En los casos Lydia Cacho, Oaxaca, y la Guardería ABC estuvo siempre por señalar como responsables a los más altos funcionarios involucrados, mientras que en la investigación sobre los disturbios de San Salvador Atenco presentó un proyecto que involucraba al Gobernador Enrique Peña Nieto y al Procurador Eduardo Medina Mora, mismo que fue rechazado.


Desde hace años, cuando la Corte tenía un perfil mucho más conservador, Gudiño Pelayo había sido claro en su apoyo a la despenalización del aborto, y en fechas recientes fue parte de la mayoría que favoreció la legalización de las bodas entre homosexuales.
Aún así, el Ministro no simpatizaba con la idea de un Poder Judicial demasiado activista que extendiera sus facultades sin que la ley se las otorgara claramente.

"El artículo 97 de la Constitución nos faculta para investigar hechos, no para dar exhortaciones, ni prédicas morales, ni para decirle a las demás autoridades lo que tienen que hacer", afirmó durante los debates del caso Cacho en 2007.
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