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sábado, enero 26, 2008

Una iniciativa que atentaba contra los manglares

Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto
26 de enero de 2008
Presentada por el senador panista Guillermo Tamborrel, una propuesta legislativa proponía quitarle a las zonas de manglares el carácter de zona ecológica protegida y así abrir paso a millonarias inversiones extranjeras


En los últimos días hábiles de diciembre pasado, aprovechando que la mayoría de los senadores ya estaban pensando en sus vacaciones, una oscura alianza de intereses privados con altos funcionarios del gobierno federal y del PAN intentaron colar y aprobar una peligrosa iniciativa que, además de tener orígenes oscuros y turbios, era todo un atentado contra la ecología y el medio ambiente nacionales.
Presentada por el senador panista Guillermo Tamborrel, la propuesta legislativa proponía quitarle a las zonas de manglares, en todos los litorales del país, el carácter de zona ecológica protegida y abrir de esta manera el paso a millonarias inversiones extranjeras que se han visto frenadas en desarrollos como la Riviera Maya, por la existencia de estos importantes ecosistemas que incomodan a los grandes capitales hoteleros nacionales y extranjeros.

El proyecto, que había avanzado hasta estar a punto de ser enviado al pleno, fue frenado de última hora por el PRI, cuando desde la oficina del senador Manlio Fabio Beltrones recibieron mensajes de la casa presidencial que decían: “Tienen que sacar eso”.

El intento de presión irritó a la bancada priísta, desde donde salió la instrucción de revisar con lupa la iniciativa que tanto interesaba en Los Pinos. Y vaya sorpresa que se llevaron los priístas cuando, al revisar a fondo la iniciativa que tanto interesaba en el gobierno y en el PAN, detectaron en la propuesta de reformas a las leyes federales ambientales un artículo transitorio que intentaba pasar por inofensivo, pero que contenía lo que los juristas llaman una “afirmativa ficta”.

En ese artículo se establecía, textual, que si las autoridades ambientales no contestaban a una solicitud de permiso para destruir una zona de manglar en un lapso de siete días hábiles, las empresas solicitantes podían dar por hecho que la respuesta era positiva y que se les otorgaba el permiso para destruir el área ecológica.

Cuando los priístas buscaron al senador Guillermo Tamborrel para que explicara la barbaridad y el despropósito que contenía su iniciativa, el legislador panista trastabilló, no supo explicar el porqué de tamaño “regalo” para los hoteleros y desarrolladores turísticos, hasta que terminó por confesar que no sabía porque “a mí así me la mandaron”.

La pregunta es quién “le mandó” esa iniciativa leonina al senador panista, y quién desde el gobierno intentó pasar una reforma que prácticamente legalizaba el ecocidio y además daba a las empresas privadas la facultad de brincarse al Estado y a las autoridades ambientales para destruir zonas que hoy están protegidas por las leyes, y que son parte de los ecosistemas y equilibrios ecológicos de amplias zonas del país.

Y ahí es donde el asunto se vuelve inquietante. Hay quien afirma en el Senado que detrás de esa iniciativa estuvieron los poderosos grupos de hoteleros españoles que tienen inversiones paradas en la zona de la Riviera Maya por falta de permisos de la Profepa y de la Secretaría del Medio Ambiente para destruir zonas de manglares.

Empresas españolas que algunos ligan con el ex funcionario de la Presidencia que acaba de ser ascendido a un importante cargo en el gabinete tienen proyectos de inversión en el Caribe mexicano hasta por 10 mil millones de dólares, que actualmente se encuentran frenados porque la Profepa y la Semarnat no otorgan los permisos para que se destruyan amplias zonas de manglares ubicadas en esa región costera.

La iniciativa en cuestión era todo un “regalo” para las poderosas cadenas hoteleras españolas y para otros importantes grupos de desarrolladores turísticos nacionales y de otras partes del mundo que, si por ellos fuera, ya hubieran desaparecido los manglares y pantanos de los litorales nacionales. ¿Quién sería ese funcionario que tenía tanto interés en legalizar ese ecocidio que se evitó en el Senado?

http://www.eluniversal.com.mx/columnas/69572.html

No en vano, el Presidente Nacional, de nuestro partido político, publicó en su columna que existían 3 iniciativas, enfiladas al despropósito. Se retiró PAS), hoy sabemos que no pasará la segunda(PAN), pero la pregunta queda, con respecto a la tercera(PRI):

Salvemos los manglares

Los bosques de manglares son invaluables para México. Por un lado, engloban una enorme biodiversidad, que incluye una amplia variedad de insectos, aves, reptiles, peces y mariscos.
Fecha : 23/01/2008
Autor : Alberto Begné Guerra

Los bosques de manglares son invaluables para México. Por un lado, engloban una enorme biodiversidad, que incluye una amplia variedad de insectos, aves, reptiles, peces y mariscos. Por otro lado, brindan una inmejorable protección a las zonas costeras nacionales y sus habitantes, frente a la erosión, los huracanes, las marejadas e inundaciones cada vez más frecuentes dado el acelerado cambio climático mundial, y resguardan al enorme banco coralino que, entre otras regiones, rodea el sureste mexicano. Por si fuera poco, su valor económico es enorme, ya que representan un espacio insustituible para el nacimiento y la crianza de una numerosa proporción de los peces, mariscos y crustáceos que se comercializan en nuestro país, fuente principal de sustento para millones de personas.
Actualmente, los bosques de manglar ocupan una superficie aproximada de 683 mil hectáreas de México (según datos de la Semarnat), que se distribuyen a lo largo de todo el territorio nacional, desde Campeche hasta Sinaloa. Cerca de 62% de los manglares de nuestro país se ubica en el golfo de México y el Caribe, y el 38% restante a lo largo de la costa del Pacífico. Puestas así, de forma aislada, estas cifras no parecen decir mucho del estado que guardan los manglares de nuestro país. Sin embargo, si consideramos los datos publicados hace unos meses por diversas organizaciones ambientalistas como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Conservación de Mamíferos Marinos de México (Comarino), Teyeliz, Greenpeace México, International Fund for Animal Welfare (IFAW) y Defenders of Wildlife, es sencillo entender la catastrófica situación en que se encuentran los manglares de México: a lo largo del último cuarto de siglo hemos destruido alrededor de 75% del total de los manglares nacionales. Literalmente una catástrofe ambiental.
Frente a los enormes riesgos ecológicos, económicos y sociales que encarna la destrucción de los manglares en México, no deja de ser sorprendente que en el último semestre de 2007 se hayan presentado tres iniciativas —una de ellas propuesta el 6 de diciembre de ese año por la diputada federal de Alternativa Socialdemócrata, Marina Arvizu, quien más tarde explicó que había sido un error (y es que se trata de una iniciativa contraria a la propuesta socialdemócrata y que desde luego la dirigencia nacional del partido no comparte), y las otras dos por legisladores del PAN y el PRI— para modificar (matizar, dirían algunos) el artículo 60 TER de la Ley General de Vida Silvestre, adicionado en diciembre de 2006 y publicado en el Diario Oficial de la Federación en febrero de 2007, con el fin de permitir la destrucción de manglares para el desarrollo de proyectos turísticos, siempre y cuando antes se adopten “medidas compensatorias”.
La presión de importantes y poderosos sectores de la industria turística nacional e internacional para tratar de limitar o impedir la protección de los manglares en territorio nacional no es nueva. En 2003 la Semarnat publicó la Norma Oficial Mexicana (NOM) 022, en la que se determinaba una larga lista de medidas para “establecer las especificaciones que regulen el aprovechamiento sustentable en humedales costeros (entendidos como unidades hidrológicas que contienen comunidades vegetales de manglares) para prevenir su deterioro, fomentando su conservación y, en su caso, su restauración”. Un año después, las protecciones a los manglares contempladas en la NOM 022 fueron disminuidas sustantivamente por la propia Semarnat, como respuesta —según informaron algunas organizaciones ambientalistas— a la presión ejercida por importantes grupos empresariales del sector.
Algo similar parece estar ocurriendo con las iniciativas que pretenden modificar la última adición a la Ley General de Vida Silvestre, publicada hace menos de un año.

Es cierto, la iniciativa presentada por la diputada Marina Arvizu ya fue retirada de la discusión, argumentando, como ya se indicó, que la había presentado por error. Sin embargo, aún quedan dos iniciativas en la materia que probablemente serán dictaminadas y votadas en las próximas semanas. Ante esta delicada situación, es imprescindible llamar la atención de la opinión pública nacional e internacional, así como despejar cualquier duda sobre la posición de Alternativa Socialdemócrata en la materia. La preservación de nuestros manglares es una responsabilidad histórica ineludible.
http://www.alternativa.org.mx/default.asp?idnot=551
Ojalá que logremos estar muy atentos, a éste tema, porque hoy más que nunca, el equilibrio ecológico, debe contar, con la corresponsabilidad, de todos.

Que se escuche bien y que se escuche LEJOS
Y, sin embargo, se mueve...
Laura Tena

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