NO HACER CASO DEL RECUADRO QUE SOLICITA CONTRASEÑA

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martes, noviembre 27, 2007

López Obrador, decía la verdad...

A casi un año, de lo que fue el gobierno de vicente Fox, van saliendo libros, que cuyo propósito inicial, es sin duda, lavarle la cara, propósito que, redactado desde la arrogancia y a confesión de parte, que sólo se ha colocado una parte de los pasajes, dejarán sin duda, más sombras que luz, más culpas, pero sobre todo una clara verdad: Un sistema podrido y un partido en el gobierno, que dá clara muestras, de la más perversa inmoralidad.

Lleva varios días publicandose en los medios, el contenido de un libro, que fue escrito por Jorge Castañeda y el ex vocero presidencial Rubén Aguilar. Dentro de su texto, dan a conocer, el por qué Mariano Azuela convirtió en la Tremenda Corte, lo que debiera ser la Suprema Corte, y algo más, lo alejado que está del valor ético de lo que fue su responsabilidad, como presidente del máximo tribunal, texto que dejaré al final para que puedan conocerlo. Por si fuera poco ese pasaje, también narran los testigos y colaboradores de ese gobierno, que efectivamente, en el caso de los vídeos que mostraban a Carlos Ahumada, entregando fajos de dólares a René Bejarano, y a otros militantes del PRD, Carlos Salinas de Gortari, efectivamente había participado. Hoy en corto, una columna comenta el hecho:
Y ahora resulta que sí hubo complot de Salinas y Fox
gomezleyva@milenio.com
Tomo el párrafo de La diferencia, el recién publicado libro de Rubén Aguilar y Jorge Castañeda. Quien habla es Vicente Fox: “López Obrador sabe que violó la ley, número uno…, pero el pueblo le da la razón. Número dos, López Obrador sabe que Bejarano se clavó ese dinero. Su respuesta es ‘Puta, ¿ahora qué hacemos? Nada de que cumplimos, ¡qué complot me están armando!’”Forma parte, desde luego, del capítulo sobre el desafuero, donde los autores aportan dos elementos no documentados hasta hoy: 1) el ex presidente Carlos Salinas sí trabajó para degradar a Andrés Manuel López Obrador; 2) el presidente Fox sí armó una estrategia con el mismo fin.De Salinas seguramente se ocupará su legión de críticos. Tomo la otra parte. Aguilar y Castañeda explican que, en un principio, el desafuero no fue una estrategia, “sino la consecuencia mecánica jurídica infernal ajena a Fox y López Obrador”.Pero conforme pasaron los días, Fox repitió varias veces al Procurador, al secretario de Gobernación y a los asesores legales que había una diseño estratégico que seguir: 1) procede el desafuero; 2) López Obrador es puesto a disposición de un juez, es procesado y declarado culpable; 3) paga o se le paga la fianza; 4) por ningún motivo va a la cárcel; 5) queda habilitado para participar en la elección; 6) es patente para la sociedad que violó la ley.Lo patente es que López Obrador estaba en lo cierto al hablar de una acción concertada en su contra. ¿Quién va a creer ahora que el punto cinco no tuvo el prefijo “in”, que convertía la palabra “habilitado” en “inhabilitado”?Y nos lo vienen a contar el ex canciller Castañeda y el ex vocero Aguilar, el hombre que por esos días patentizó el despectivo “señor López”.
http://www.milenio.com/mexico/milenio/firmawp.asp?id=571867

Lejos de las filias y las fobias, quiero expresar lo siguiente, porque desde la esencia de mí ser, porque desde la esencia de la cual emanan mis valores, no puedo omitir pronunciarme, ante lo que luce, como un acto de verdadera injusticia, de tantas y tantas injusticias, que conocemos de sobra en la vida común, del mexicano común. El hecho que comentaré, sin duda adquiere matices más graves, por las formas que desde el poder, hoy se conocen mediante los escritos cínicos. El ex presidente Zedillo, aseguró que, mediante la rigurosa aplicación de la ley para ganar la batalla a la delincuencia, y también comentó:
" Que la delincuencia tiene hondas raíces sociales: se fortalece en la complicidad del silencio y el cinismo. ...
http://zedillo.presidencia.gob.mx/pages/vocero/boletines/com1634.html

Yo, como muchos mexicanos, dudé, que el asunto del desafuero y los vídeos de Carlos Ahumada y René Bejarano, pudiera ser parte de un complot, y me divertía mucho, al escuchar a López Obrador, cuando éste inculpaba, al innombrable, que no es otro, que el mismo ex presidente carlos salinas de gortari. Pensé, erróneamente, por mucho tiempo, que sus imputaciones no tendrían fundamento, no encontraba lógica en sus argumentos, ya que el presidente que gobernaba, de inicio, era de un partido diferente, y en esa época no podía imaginar, que en la figura de vicente fox, la ruindad o mezquindad, pudiera tener lugar. Era simplemente inconcebible, desde mí punto de vista, que alguien, que fue afectado por un sistema corrupto, se atreviera a actuar, de la misma forma, que él tanto combatió. Evidentemente, con ese paso del tiempo, sé que caí en un error, porque nunca percibí, que ese vicente fox, en cual creí, sencillamente no tenía los valores, y mucho menos la estatura, para ser el presidente de nuestra nación.
Hoy, sé que me equivoqué, al formar un juicio de valor, el cual partió de supuestos equívocados, muy reforzado sin duda, por algunos medios. ,Y por lo que voy descubriendo, irónicamente a través de otro medio, vicente fox, tampoco contó con todo el humanismo que pensé, de honestidad, responsabilidad, ética y transparencia, sencillamente tengo que reconocer que tampoco existen, y, debo expresar, por elemental justicia, que efectivamente, los poderes de facto, los operadores de siempre, orquestaron una persecución, para bloquear a López Obrador, y que, tanto el proceso de desafuero, como el asunto de corrupción que le impuron a los colaboradores de su gobierno, eran parte de actos fraudulentos, con una sola encomienda: Derrotarlo y anularlo como opción. El FRAUDE efectivamente, se gestó, mucho antes del 2006, lo que sin duda es muy lamentable, porque encuera lo alejados que estamos de un sistema democrático, o por lo menos el respeto para el elector, que es finalmente, el que solventa a través del pago de impuestos, esa enorme bolsa llamada erario, columna económica que sostiene, a una diversa gama y vida institucional.

¿En qué cambia el todo, con la información que va saliendo?, pues de fondo, el todo, y las afectaciones que vamos conociendo, van de forma directa, en contra de los trabajadores, de la seguridad del país, de la actividad productiva del campo, del tema energético en contexto, entre más puntos que se afectan sin duda, por esa manipulación, y ese espacio que ha conservado para seguir orquestando, Carlos Salinas de Gortari. Y retomo parte de la información que he colocado en éste espacio, mediante la cual hoy sabemos que desde Gil, Aspe, Serra Puche, Romano y todos los que conformaron la estructura Salinista, hoy están muy bien colocados, en espacios empresariales, que se han ocupado de aprovechar las oportunidades económicas, y de inversión, para esos grupos que se fueron ramificando, como el cáncer, en silencio, pero depredando y atentando contra la población.
Puedo suponer, que el fracaso contra el combate al narcotráfico 8negocio que sabemos es a nivel mundial), pudiera tener origen mediante los orificios tejidos, para seguir manipulando el sistema. Puedo sospechar, que las prácticas monopólicas, también han encontrado esos padrinos, para perpetuar la riqueza en unos cuantos, y nunca lograr saber, cuántos de ellos, pero sobre todo, cuántas fortunas son disfrazadas, mediante la oportuna figura, de los prestanombres. Imagino que el TLC, tanto en diseño como en firma, pudiera tener como finalidad, aprovechar las riquezas de las naciones, etiquetadas únicamente, para unas cuantas manos, esas que se han conformado, mediante grupúsculos que operan desde diversos esquemas tanto empresariales como gubernamentales, para operar en las elecciones, y lograr sentar en la máxima silla del poder, un ente, que logre ser la entidad a modo de sus intereses. Así parece que se va logrando, el todo, de lo que hemos estado observando, desde aquel fatídico 2000, que en estricto sentido no logró erradicar al viejo PRI, sino dispersarlo y por qué no decirlo, camuflar para lograr someter al gran engaño, a toda una nación, y poder perpetuar una economía feudal.
La memoria larga nos centra eventos, cómo aquellos que dispusieron del ahorro con el cual contaban los trabajadores del IMSS para asumir el costo de jubilaciones y pensiones, los cuales se emplearon para infraestructura del instituto, y que ahora, mediante convenios leoninos, se pretende ignorar la enorme deuda que tiene el gobierno, por ese tremendo préstamo, que irónicamente provenía de los fondos del trabajador. En cuanto al asunto de los mineros, finalmente los 65 hombres muertos, contarán con el conocido sello IMPUNIDAD Y PODER, ya que hoy se dice que se cierra definitivamente Minera México, y a más de un año, no están siendo procesados, los que desde el puesto de funcionarios no evitaron la situación. De los dueños ya sabemos, que ni con el pétalo de una rosa los han tocado. Otro caso reciente, es el poder recordar cómo Emilio Romano Mussali - pupilo de Gil, diseñador de normas emanadas del TLC, funcionario hacendario desde la época de salinas de gortari, señalado por Badillo, como co responsable del otro fraude que ha sido ISOSA -, estuvo operando el DESPOJO de los derechos adquiridos de los sobrecargos, así como reducir sus percepciones, en nada más 54% MENOS. Su caballito de troya, estaba enfundado en esa palabrita PRODUCTIVIDAD, la cual reclamaba de sus trabajadores. Con el paso del tiempo, logré documentar y publicar en éste espacio, en cuántas posiciones él tenía empleo, pero en otras tantas, era parte de los dueños. ¿Acaso una industria como la aeronáutica, podría ser eficiente y muy productiva, con declaraciones en los medios?, o más bien, requería un director general, de tiempo completo, ocupado en lograr el mayor éxito. El rey midas, como tantos actores que vamos descubriendo, sigue gozando de las mieles del poder, y de la riqueza. Los sobrecargos, luchan, y algunos aún sobreviven, a la más mezquina de las acciones, hoy por hoy conocida: "conflicto de naturaleza económica", y el laudo más inomoral e inconstitucional, para colocar, otra raya más al tigre, de las inmundicias que desde las instituciones se hacen.

Y, así podríamos ir tocando diversos temas, desde el abandono del campo, el número de gente que cada día es más pobre, de la economía que inicia a mostrar una alarmante parálisis, de la preocupante deficiencia en el sistema educativo, y en contraste, un sindicato que recibe millones de pesos, la estructura que debe proporcionar servicios de salud, con más pena que gloria, la corrupción enorme desde las aduanas y la complacencia que parece deviene de la inactividad de una PGR, la destrucción de vestigios arqueológicos, las omisiones que hoy han generado desgracias, que los pobladores finalmente son los que lo padecen, las enormes redes de pederastas y tráfico de personas, tantos temas que hoy nos están mostrando, que podemos tener muchos tratados firmados, muchas leyes redactadas, pero el enorme problema de fondo, es la manera, en la cual han estado manejando el sistema.
Los corruptos como siempre, solamente dirán, si es que llegan a decir, "que los costos políticos, sin duda los asumen", ya saben que en éstos tiempo, el prostituir la ley, el violentar el estado de derecho, al final del camino, se viste de costo político, y no del ilícito, el cual es un DELITO, que se ha cometido.

Que se escuche bien y que se escuche LEJOS
Y, sin embargo se mueve...
Laura Tena


Dijo Azuela a Fox: 'No tienes de otra
Reforma(23-Nov-2007).-
REFORMA reproduce en exclusiva fragmentos sobre AMLO y Felipe Calderón que forman parte del libro que en los próximos días la Editorial Random House Mondadori pondrá a la venta.
DESAFUERO Y DESAZÓN: SACAR(LE) AL PEJE
De todas las decisiones del sexenio de Fox, la más controvertida, importante y al final inútil, fue la del desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Por un lado, crispó el ambiente del cuarto y quinto año de gobierno; por el otro, el efecto en la popularidad de Fox y del Peje resultó en buena medida nulo. Provocó inmensas movilizaciones que carecieron a la postre de incidencia electoral; desató voluminosos caudales de tinta en las páginas de opinión, no cambiaron la opinión de nadie. Y pospuso nuevamente la respuesta consensual a la sempiterna y tal vez falsa pregunta: ¿Estado de derecho o estabilidad política y social?

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Fox convocó a una reunión en Los Pinos, el 6 de abril, Domingo de Resurrección, a Mariano Azuela, presidente de la Suprema Corte, a Santiago Creel, Macedo de la Concha y María Teresa Herrera, consejera jurídica de la Presidencia. Lo hizo para preguntarle a Azuela, delante de sus subordinados, si en efecto Macedo tenía razón; Azuela responde: están obligados a acatar la orden del Tribunal Colegiado. Ya Macedo le había comunicado a Fox su opinión de lo que sucedería si el Ejecutivo federal no aceptaba las órdenes del tribunal: incurriría en una responsabilidad penal. Fox consideraba entonces que no podía incumplir con los términos de la ley, ya que enfrentaría consecuencias el procurador y, a la larga, el propio Presidente de la República. Cuando Fox invitó a Mariano Azuela, pensaba en el porvenir. Quería cerciorarse de que el Poder Judicial se hallaba absolutamente seguro de lo que hacía, porque hasta ese momento el Ejecutivo no había intervenido en el asunto. Fue el Poder Judicial el que juzgó, el que declaró culpable y el que exigió castigo para el culpable. Como dice Fox: "En mí había una duda razonable de que pudieran luego dejarme bailando en la loma". Buscaba escuchar, según él, en la propia voz del presidente de la Suprema Corte, que efectivamente no había otro camino.
Hoy conocemos el final de la historia: un año después, Fox despidió a Macedo, nombró procurador a Daniel Cabeza de Vaca, quien inmediatamente retiró los cargos contra López Obrador, recurriendo a un tecnicismo legal discutible, pero que funcionó para esos propósitos: el Peje no fue perseguido, ni Fox o el procurador incurrieron en responsabilidad penal por desacatar la orden de un juez. En otras palabras, resultó que sí existía una salida jurídica imperfecta, pero aceptable. La pregunta obligada es obvia: ¿Por qué no se encontró esa salida catorce meses antes? El siguiente diálogo con Fox transmite quizá las contradicciones del asunto:


Autores: ¿Por qué no se encontró un año antes?
Fox: Pues, no la encontramos ahí.

Autores: Si no la encuentra Azuela, si no la encuentra Macedo y no la encuentra Cabeza de Vaca...
Fox: Pero además es una salida donde una de las partes, que es el Ejecutivo, encuentra su propia salida, pero eso no quiere decir que cambia, no tenía por qué cambiar en automático eso la salida del Congreso o la salida del juez, de hecho todavía tiene resabios esto por ahí. En ese entonces no estaba a la vista esa salida.

Autores: En esa reunión, la conclusión del presidente, por lo que habías dicho en público y lo que tú te acuerdes, era que a ti no te queda de otra...
Fox: Así es.

Autores: Resultó un año después que sí había de otra. Por tanto, la pregunta es: ¿por qué?
Fox: Bueno, pero no lo que una cosa en tiempo es, en otra no es; o sea, acá ya habían sucedido una serie de hechos, en la segunda, que, repito, simple y sencillamente antes no... (Me pueden reclamar) que esa cosita que hicimos era presentable antes. Yo digo, nadie me la dio antes; alguien dirá: "No, no la quiso usar antes. Entonces sí quería darme en la madre (diría el Peje)".

La explicación del círculo foxista insiste en que si el proceso hubiera seguido su ruta en el seno del ámbito jurídico, y no hubiera llegado al escritorio presidencial, el tema de El Encino no habría existido. Llegó a su mesa por varias razones. Para empezar, Macedo de la Concha era un abogado by the book: muy formal, muy estricto, hasta la estrechez, muy ortodoxo o rígido. Su formación militar lo conducía a "envolverse en el derecho", y a manifestar una percepción miope. Fue Macedo de la Concha quien le presentó por primera vez a Fox la decisión del juez: el Ejecutivo estaba obligado a actuar. No porque Macedo deseara perseguir a AMLO, desaforarlo, inhabilitarlo o impedirle ser Presidente en las urnas o donde fuera. Su agenda, según esta versión, era otra: la letra de la ley, y nada más.
De modo que de la PGR no iba a surgir una solución que ni el Peje quería -prefería hacerse la víctima- ni Fox podía imaginar por su cuenta. He aquí una segunda razón del embrollo: Fox, como sus dos predecesores, y a diferencia de su sucesor, no era abogado, y no adquirió mayores conocimientos jurídicos durante su vida profesional o política. En tercer término, María Teresa Herrera, entonces consejera jurídica de la Presidencia (sustituyó a Juan de Dios Castro en 2003, y pasó por Los Pinos antes de ser designada presidente del Consejo de la Judicatura en 2005), no poseía pericia específica alguna sobre estos temas, y sobre todo, carecía del ascendiente intelectual o de carácter sobre Fox, algo que le hubiese permitido expresar sus reticencias. En las palabras de un colaborador cercano de Fox: "Ella es preparada, pero no tenía el carácter de decir: 'Señor procurador, está usted equivocado'. Herrera adoptó una posición tibia y no fue lo suficientemente clara con Fox desde una posición jurídica".
Fox provocó la reunión con Azuela porque se sentía presionado por la PGR. No percibía el tema del desafuero. Le preguntó a Azuela: "¿Cuál es tu criterio jurídico? Quiero conocer tu posición". El ministro contestó: "El análisis jurídico del procurador es válido, y lo comparto. No tienes de otra". Fox se levantó de la mesa al escuchar la opinión del presidente de la Suprema Corte. Herrera y Creel no ofrecieron mayor comentario; en esa ocasión avalaron con su actitud a Macedo. Ya después, pero en privado, expresaron su desacuerdo, pero ese día no se lo externaron ante el Presidente.
Por esta razón, conviene describir el contexto: a ojos de Fox, una reunión en domingo, en La Cabaña, revestía cierta informalidad; Azuela en cambio, interpretó una invitación a Los Pinos, en domingo -es decir, de urgencia- para tratar un tema de extrema sensibilidad política, con cierta formalidad.
De acuerdo con un interlocutor de Azuela, al increparlo días después: "¿Por qué opinaste que no tenía de otra?", Azuela se defendió: "Me está citando en domingo, es un asunto delicado, me ponen enfrente del procurador, el Presidente de la República me pregunta y respondo desde la ortodoxia: coincido con el procurador". El interlocutor agrega: "punto es que si a Azuela se le hubiera consultado de manera directa... ¿quieres aplicarle la ley o la justicia, (o sea, "Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley")? tal vez habría respondido de otro modo". Azuela añadió, cuando efectivamente se le interrogó de otro modo: "¿Quieres opciones para que el jefe de Gobierno no incurra en desacato y no provocar daños a terceros? Hay opciones. Pero yo, como presidente de la Corte no puedo opinar algo así si no me lo preguntan tal cual".
La explicación que sugieren personas muy cercanas a Macedo, sin embargo (pero no confirmada por el ex procurador), es que todo sucedió al revés. El general nunca creyó en la solidez del caso, ni en la inexistencia de una salida alternativa, ni en el imperativo de proceder contra el Peje para no correr el riesgo de ser a su vez, junto con Fox, procesados por desacato. Siempre pensó que había soluciones, pero llegó incluso a disgustarse y confrontarse con sus colaboradores cuando le insistían, justamente, en estas soluciones. Por un motivo evidente: les reclamaba su incomprensión de que se trataba de una orden presidencial, y que él no iba a ponerla en tela de juicio. Si bien era soldado y también abogado, primero era soldado y después abogado. Si su jefe buscaba motivos para verse obligado a actuar como actuó, no sólo se los iba a proporcionar, sino que evitaría proponerle opciones para hacer lo que no quería, a menos que se lo pidiera; Fox nunca lo hizo, porque prefería verse/sentirse/creerse obligado a proceder judicialmente, por razones políticas, más o menos conscientes, al gusto de cada quien. Esta versión tiene la ventaja de explicar muchas más incógnitas que la primera; pero padece de la falta de fuentes directas y dispuestas a ser citadas.
···
En la mente de López Obrador, la tesis del "compló" descansaba en un fundamento sólido, construido sobre la coincidencia de acontecimientos contrarios a su candidatura y su destino. Y al poseer el Peje bases tan firmes para creerlo, pudo transmitirle a la opinión pública, poco a poco, la misma convicción: había una conspiración de todos los "malos de la película" para "robarle la Presidencia".
Aunado al hábil uso que hizo el Peje de la predilección mexicana por la víctima, no debe extrañar a nadie que fuera ganando puntos en la contienda. Como recuerda Fox, López Obrador empezó a tomar posiciones, a proclamar: "Háganle como quieran, yo tengo el respaldo de los ciudadanos, esa calle (la de El Encino) es para bien público y el dueño es un ratero y empieza a hacer todo su circo".
Fox argumenta, con razón pero sin consecuencia, que AMLO no era ningún ingenuo: "López Obrador sabe que violó la ley, número uno..., pero el pueblo le da la razón. Número dos, López Obrador sabe que Bejarano se clavó ese dinero. Su respuesta es 'Puta, ¿ahora qué hacemos? Nada de que cumplimos, ¡qué complot me están armando!'".
¿GANÉ, GANÓ O GANAMOS?
Fox recuerda que al iniciar la Cumbre Unión Europea- América Latina en Guadalajara (mayo de 2004), fue informado de que el secretario de Energía (Felipe Calderón) iba a encabezar un mitin público en una población cercana a la capital de Jalisco. Lo organizaba el Gobernador del estado, Francisco Ramírez Acuña. Se le recordó a Calderón que esta concentración rompía con las reglas del juego, y se le pidió que no asistiera; pero rechazó el exhorto y participó igual. Al día siguiente, Fox realizó un señalamiento en el que manifestó su desacuerdo. Él asegura que lo hizo no para obligar a que Calderón renunciara, como algunos lo interpretaron, sino para que la "caballada no se le desbocara". Pensó que si no paraba de tajo la realización de los mítines ahora iba a ser uno, pero mañana otro y así sin parar. La opinión pública empezaría a decir que los secretarios ya no estaban trabajando y que Fox había perdido el control del gobierno.
Tres días después, Calderón solicitó una reunión con Fox. Se sentaron a la mesa del despacho presidencial, entre dos ventanales. Calderón presentó su renuncia, para poder dedicarse de lleno a la gesta interna del PAN. Fox le aclaró que no se la había pedido, y que si así lo deseaba, podía continuar en el gabinete, pero siempre que se sujetara a las reglas establecidas. Calderón fue claro en manifestar que se trataba de una decisión bien reflexionada, ya tomada. Fox le comunicó su respaldo y le deseó lo mejor. La reunión no fue tensa. Cada uno sabía bien cuál era su papel, y qué quería. La decisión de Calderón fue arriesgada. Supuso una gran confianza en sí mismo, pero también fuerza y convicción. A esas alturas dejar un puesto en el gabinete, para irse a hacer campaña sin recursos, sin poseer todavía un nombre reconocido por la gente ni respaldo popular, requería no sólo valentía sino también visión.
Calderón, para Fox, arriesgó y por eso ganó. A la distancia, reconoce que la estrategia fue la acertada, y mejor que la de Creel.
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Fox reconoce de manera abierta que en el 2006, como en el 2003, hizo todo para que ganara el candidato de su partido.
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El Trife no aceptó del todo la tesis foxista según la cual dar dinero y dar discursos no era lo mismo. Los siete magistrados, electos todos en 1996, salvo uno en 2005, (por) todos los partidos incluyendo al PRD, resolvieron que las palabras de Fox pusieron en riesgo las elección, pero no la invalidaron. Fox tuvo hasta cierto punto razón en haber establecido la diferencia entre fondos para un candidato oficial, y proselitismo para un candidato de partido. Asimismo, el argumento según el cual Fox violentaba así sus propias tesis del 2000, cuando acusó a Zedillo de apoyar a Labastida, resulta sólo parcialmente cierto. Fox denunciaba los apoyos financieros a Francisco Labastida Ochoa (Pemexgate, etc.), y los apoyos oficiosos del gobierno del PRI, no los discursos o spots de Zedillo. Y sin duda es irreprochable la otra tesis de Fox: tan hacen campañas los presidentes en funciones de otros países, que las hacen a favor... de sí mismos, cuando se reeligen.
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La visión de Fox también peca de falsa ingenuidad, porque establece una línea tajante, cuando en realidad es muy borrosa, entre dar dinero y conseguirlo, pasando por alto el clásico dicho mexicano: "No les pido que me den, sólo que me pongan donde hay". Fox, en cierto sentido, puso a Calderón donde había: donde había dinero, consejos, contactos, etc. Es cierto que, por ejemplo, los grandes empresarios mexicanos no necesitaban la orientación de Fox para apoyar a Calderón, pero tal vez sí para concentrar sus recursos en él, y abandonar a Madrazo. Tal vez Elba Esther pudo entender por sí misma la necesidad de alinearse con el PAN, pero no fue inútil el consejo de designar a un candidato débil y a modo de su partido, en lugar de uno, que, como temía Fox, le restara votos al PAN. Quizás al equipo de Calderón se le hubiera ocurrido de todas formas buscar a Dick Morris, el autor de la estrategia del miedo; pero no estuvo de más que Fox y Francisco Ortiz lo conocieran, lo encontraran y lo convencieran. Calderón no requería los servicios de Marta para entenderse con Televisa, pero sí de sus prebendas a la empresa. En una palabra, el hecho de que Fox no haya transferido recursos del gobierno a Calderón, no significa que no lo haya ayudado más que con discursos y apariciones públicas.
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En el equipo de Calderón, algunos piensan que ganaron a pesar de Fox; muchos analistas del acontecer político del país culpan a Fox de haber tensado y enturbiado el proceso electoral innecesariamente. Y Fox cree que Calderón ganó, en buena medida, gracias a su participación en la campaña.
Conózcalos
Nombre: Jorge G. Castañeda
Profesión: Doctor en Historia Económica.
Experiencia: Experto en asuntos internacionales. Colaboró en la campaña de Vicente Fox y se convirtió en su primer Canciller. Después de dejar la SRE intentó participar en la elección presidencial, como candidato independiente, sin que le fuera aceptado su registro.
Nombre: Rubén Aguilar Valenzuela
Profesión: Licenciado en Filosofía, maestro en sociología
Experiencia: Fue el quinto vocero de la Presidencia de Vicente Fox. En la década de los ochenta colaboró en las áreas de comunicación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en El Salvador. Ha colaborado en diferentes medios de comunicación.
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