La enfermedad más letal se llama desidia...

Y, mientras cínicamente los legisladores declaran las deficiencias presupuestarias, las notas del México real nos demuestran que la desigualdad no sólo hace diferencia en la forma de vida sino algo mucho más delicado como es la enorme diferencia entre contar con la posibilidad de vida o perderla por no poder recibir la atención médica que como obligación del estado se debe proporcionar a todos los gobernados.

El impune ex gobernador del Estado de México Arturo Montiel millonario, el impune gobernador de Puebla Mario Marín inyectando más de 600 millones para hacer un edificio que albergó a todo el sistema de "impartición" de justicia ya existente, y mientras ellos hacen bolitas de gusto con el dinero que reciben como gasto para el estado, miles de mexicanos han perdido la vida por la indiferencia que muchos tienen, porque su tren de vida no les ha permitido mirar que una determinación mal gastada hace la diferencia entre la vida y la muerte de su gente.

La foto de tan sólo un sector que debió ser tomado muy en cuenta, para con plena conciencia inyectar el capital que se requiere para la atención de salud para toda la población:
Laura Tena



Decesos en México
La enfermedad más letal se llama desidia
Por: Lucía Irabien27/12/2006
http://www.nuevoexcelsior.com.mx/27_553.htm

De algo nos tenemos que morir, cierto, pero es de esperar que la causa no sea algo que pudo evitarse.
Y es que cuatro de cada diez personas que murieron entre 2000 y 2004 en México estarían vivas si hubieran recibido atención médica oportuna y certera o si hubieran tomado las medidas preventivas adecuadas.
En total, se trata de 876 mil 199 defunciones que la Secretaría de Salud clasifica en el estudio Muertes evitables, magnitud, distribución y tendencias que recién fue terminado. Tras analizar las estadísticas de mortalidad durante cinco años, la dependencia ha logrado definir cuáles son las enfermedades, internacionalmente clasificadas como evitables, que a más mexicanos están llevando a la tumba.

El estudio ha revelado que el consumo del alcohol es uno de los problemas más graves de salud pública del país, pues se ha colocado como puntero en la lista de 48 causas de defunción que no debieran suceder. En los cinco años que abarca el reporte, se registraron oficialmente 140 mil 640 muertes por cirrosis hepática y otras enfermedades relacionadas con el abuso del alcohol, de las que 87 por ciento se habría evitado con acciones preventivas que disminuyeran su abuso.
A estos decesos habría que sumar al menos 30 por ciento de las casi 47 mil que en cinco años se registraron por accidentes de tránsito, quinta causa de muerte prevenible en el país.

Las enfermedades del corazón ocupan el segundo lugar como causa de muerte que no debiera suceder. Según el análisis de la Secretaría de Salud, casi un cuarto de millón de personas murieron por esa causa, pero la mitad de ellas se habría salvado si hubiera recibido información adecuada y tomado las medidas preventivas pertinentes.

Así que las dos primeras causas de muerte evitable en el país se combatirían con una combinación de buena información por parte de las autoridades de salud, detecciones oportunas y buena disposición del enfermo para hacer caso de las medidas precautorias.

La tercera causa de muerte evitable, sin embargo, es ciento por ciento atribuible a una mala atención médica. Se trata de todos los padecimientos que aparecen a partir del nacimiento de un bebé y hasta que cumple un año.

Los niños muertos por falta de atención oportuna son 88 mil 733, y de las 48 causas que se analizan en el estudio, es la única que se considera 100% evitable.

Las enfermedades cerebro-vasculares, también ocasionadas por la falta de cuidados médicos, ocupan el cuarto lugar, sólo que en este caso menos de la mitad de las 131 mil que ocurrieron eran evitables.

En general, de los casi 900 mil fallecimientos en el quinquenio estudiado, menos de la mitad, 443 mil, se hubieran evitado con atención médica oportuna y otras 424 mil con medidas preventivas.

La lista total de muertes que se consideran evitables abarca 48 padecimientos que se pueden erradicar porque existe la tecnología, el conocimiento y los recursos humanos y financieros para combatirlos.

Además de los cinco antes mencionados, hay 43 padecimientos más que no debieran ser letales. Un ejemplo claro es la muerte por apendicitis. La ciencia médica considera realmente sencillo diagnosticar y tratar un apéndice inflamado; no obstante, tres mil personas murieron entre 2000 y 2004 por esa causa.

La inequidad cuesta vidas

Además de proporcionar información sobre las causas de muerte evitables en el país, el estudio elaborado por la Secretaría de Salud pone en evidencia las deficiencias en los servicios de salud y su incapacidad para brindar a todos los mexicanos la misma atención.
Considerando que puede ser injusto elaborar indicadores sobre las muertes que se pueden evitar comparándonos con estándares internacionales (pues es sabido que en México aún se carece de toda la tecnología, personal médico y recursos financieros de que se dispone internacionalmente). los autores del estudio han hecho otra medición.
Ésta da cuenta del número de personas que han muerto como consecuencia de las desigualdades en la atención que se brinda en las diferentes regiones sanitarias del país.
Es decir, medir cuántas personas murieron porque en su región sanitaria o estado el acceso a servicios médicos preventivos y curativos es de una calidad más baja que el estándar nacional.
Medido así, resulta que las muertes evitables se reducen un 40%. Pero que ese porcentaje representa 100 mil personas fallecidas cada año a consecuencia de la inequidad en el acceso a servicios médicos.
Aunque esas inequidades se han reducido en los últimos 15 años, el ritmo, de acuerdo con el estudio, debería ser mucho más rápido. La urgencia radica en lo injusto que resulta que una de cada cinco personas que mueren en el país se salvaría si se eliminaran las desigualdades.
Al hacer un ranking de las regiones sanitarias en las que se concentra el mayor número de muertes prevenibles, resulta que mientras existen entidades como Durango, Aguascalientes y el Distrito Federal, en los que sus tasas de mortalidad por causas evitables aparecen en el nivel más bajo del país para todas las enfermedades, en Chiapas, Estado de México y Puebla hay municipios en los que casi todas las enfermedades aparecen en los más altos.

Sobresale el hecho de que la cirrosis hepática, como consecuencia del abuso del alcohol, no sea una causa generalizada en todo el país sino concentrada en el sureste mexicano y algunos estados del centro. Lo mismo sucede con enfermedades relacionadas con la pobreza extrema como las neumonías, que están entre los primeros lugares como causa de muerte sólo en regiones específicas de Chiapas y el Estado de México.
El estudio también revela particularidades como que el sida sea la tercera causa de muerte evitable en Guerrero, y que en Nayarit y Sonora los accidentes provoquen la mayoría de las muertes evitables.
También hace énfasis en que la desigualdad hace necesario un verdadero esfuerzo para alcanzar la equidad en la prestación y acceso a servicios de salud como objetivo principal de las políticas públicas de salud.