Sociedad Escéptica

Así es como percibo nuestro tiempo social, no únicamente enfocado a los resultados que se pudieran dar con relación a la calificación del que será el Presidente de nuestra nación, sino en sí, a todo lo que nos rodea.

Hace algunos días, se divulgó en los medios un hecho por demás impensado para nadie: 3 seres humanos mexicanos, habían logrado sobrevivir a la deriva por un lapso de 9 meses y 9 días en alta mar, a merced del más grande gigante natural que tenemos, como es el agua de los océanos.

Los medios difundían lo increíble del suceso, y la sociedad receptiva de inicio se maravillaba. No ha pasado más de una semana, y la enorme proeza que ellos han vivido, la cual han compartido con los medios a través de entrevistas, hoy se coloca en tela de juicio. Somos tan escépticos, somos tan desconfiados, que ahora especulamos sí los 3 sobrevivientes en verdad pudieron vivir ésa experiencia como la cuenta, o sí acaso estamos ante otra situación. Salen voces descalificando el cómo han podido sobrevivir así, en medio de la nada, y colocando argumentos con relación a las reacciones que debieran presentar por una mala alimentación. Francamente me apena ésta situación por las familias de los 3 sobrevivientes, porque las enormes especulaciones que se hacen libremente y tan a la ligera, pueden convertir una repentina alegría, en una enorme pesadilla.

Parece que la sociedad se contamina vertiginosamente, de ése virus tan letal que extermina la confianza o el respeto.

Y es que la confianza la hemos ido mermando, en la interacción diaria que tenemos con los demás. Desafortunadamente la incultura del engaño, de la manipulación y la trampa se ha apoderado de nuestro espacio.
En política como siempre, uno es el discurso, y otra la realidad que siempre llega. Y ante eso estamos, ante la realidad que ya llegó.

Bien en mis comentarios pasados, consideré que López Obrador centraría su fuerza no en un partido, sino en el capital que la gente le dio, que le sigue dando, a pesar de que muchos han salido afectados por los bloqueos que tenemos.

Hoy, en su asamblea lo dejó así de claro:

"Yo no soy un cacique, que no me confundan, ni líder moral, yo soy dirigente de un movimiento ciudadano", dijo.

Y es que sin duda, enfundado como dirigente de un movimiento ciudadano, políticamente le dará más, porque a pesar de que vivimos en un ambiente de confianza mermada, sin duda la confianza entre ciudadanos conserva un pequeño ingrediente, que, con relación a la clase política, actualmente está muy desgastado y se erosionó precisamente por tanta manipulación y engaño, por esa falta de percepción de que se logró radicalmente algún cambio, que permitiera a la mayoría sentir que la equidad, la prosperidad y justicia social habían llegado

Afirmar que la perspectiva del gobernado y del gobernador son visiones igualmente válidas, que después de un genocidio no hay ninguna verdad objetiva a determinar, que la búsqueda de la verdad constituye una ilusión propia de sujetos a la idea de la representación, constituyen coartadas, quizá peores que las leyes del olvido, la tergiversación del pasado o el silencio histórico... lleva además a la inhibición práctica... y a no intentar búsquedas para averiguar que es lo que verdaderamente sucede en la sociedad".

Ante un escenario así estamos, porque en la transición democrática no logramos citar nuestra verdad histórica, los actos de 1968 han quedado sepultados, por terminología legaloide que permitió la impunidad. Tampoco tuvimos la convicción necesaria, para regalarnos una Reforma del Estado, en la cual hubiéramos podido colocar, el cómo transitar con reglas nuevas, que dejaran atrás las trampas y vicios del sistema del pasado. Evadimos emplear nuestros tiempos de transición democrática, para instalar nuevas reglas en nuestros comicios, donde con mucha claridad se cerraran los espacios que aún están dados, para que capitales no registrados empujen a un elegido a obtener el poder máximo, como lo es, gobernar y definir las políticas de estado. Se han dejado enormes vacíos para regular los abusos patronales; se ha evitado acotar los privilegios que desde el mismo poder se reparte entre varios; se ignoró el colocar amplias responsabilidades a los que desde un máximo tribunal deben responder a toda la sociedad.

Por todo ello y mucho más, es que la figura de dirigente ciudadano será mucho más rentable, porque en el discurso se trata de refrendar, que han dejado de ser iguales, aunque en los movimientos y decisiones que se van tomando, no los dejen así de claro.
La asamblea de pueblos que se ha convocado en una fecha tan simbólica para el pueblo, no es casual, ni tampoco es un acto que se pueda identificar como normal, dentro de nuestro sistema político, porque hay voces que perciben el evento, que va en el sentido que pretendería, que esa mayoría que conforman los pueblos convocados, logre legitimar su causa, y de ahí partir.

Muchos esperamos los fallos que darán del Tribunal Federal Electoral, así como la calificación, pero también existe otro sector que ya tiene muy bien orquestado un plan “b”, en el caso de que no se satisfaga lo impugnado. La duda quedó sembrada en un amplio sector de la sociedad, y por ello, menudo será el reto que tiene en sus manos el Tribunal, ya que sólo con la fuerza, congruencia y una enorme ética de sus argumentos, podrá aportar para la sociedad el sustento que permita dilucidar, sí estamos ante un real sistema de elección democrática, o, ante la continuidad de lo mismo que tanto nos dañó en el pasado.

Laura Tena