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domingo, diciembre 14, 2008

Nuevo “¡ya basta!” en el sepelio de Silvia Vargas

La madre de Silvia sostiene una paloma blanca que lanzó en recuerdo de su hija. Foto: Nelly Salas



La historia se repite, como se ha repetido y como seguirá repitiéndose si algo no cambia ya y cambia pronto.
Porque otra vez están ahí el temor y la incomprensión. Otra vez se oficia una misa luctuosa y otra vez se pronuncia el “¡ya basta!” entremezclado con el llanto de jóvenes que no alcanzan a entender plenamente qué ha sucedido.
El tamaño y horror de la tragedia están más allá de lo comprensible, porque este sábado hay otro funeral de una adolescente y se sufren las consecuencias de otro homicidio. Otra familia mexicana —una más— está hecha trizas. Esta vez, los Vargas.
En la despedida final a Silvia Vargas Escalera el relato es tan similar que asusta. Secuestro, negociación y asesinato, seguido de misa, rabia e impotencia. Nuevamente una compañero de clase, una joven, es despedida en medio de sollozos.
Ayer tocó a Fernando Martí. Ahora fue el turno de Silvia. Mañana, queda claro, el de cualquiera. La pregunta que ronda el Panteón Francés de San Joaquín ha cambiado. Ya no es por qué. Ya es quién sigue. Y mientras tanto, el enojo sube.
“El pueblo mexicano está indignado por la violencia, la corrupción y la impunidad en el país”, sentencia María Elena Morera, presidenta de México Unido contra la Delincuencia.
II
Hoy, aquí, después del terror, queda claro que para muchos la única solución viable para enfrentar la crisis del secuestro no es la de más leyes, sino la del endurecimiento inmediato, porque el hartazgo crece y hay quienes están al tope, ya más allá de las palabras.
Aunque tangencialmente, en la misa de Silvia se toca el debate sobre la pena de muerte a secuestradores. Hay voces que llaman a una salida de mano dura, una color verde olivo, a las mafias del secuestro que operan en el país y en particular en la zona metropolitana de la Ciudad de México.
“Lo que yo pido es que el Ejército salga a patrullar las calles, es una medida muy drástica, pero en el Distrito Federal, que es una de las ciudades más peligrosas del país, el Ejército podría realizar algunos patrullajes”, exige Isabel Miranda de Wallace.
Es una de las tantas invitadas al último adiós a Silvia, privada de la vida a los 18 años en un crimen que todavía debe esclarecerse del todo. Ella admite no haber tenido la fortuna de la familia Vargas al poder cerrar el ciclo y enterrar a su hija después de 14 meses de incertidumbre.
Su hijo Hugo Alberto Wallace sigue desaparecido.
III
El secuestro, el prolongado silencio de los plagiarios y después la muerte de una jovencita apenas entrando a la vida, consternan a los deudos que acuden al Panteón Francés de San Joaquín a presentar sus respetos.
Primero vienen los políticos, muchos de ellos cuestionados directamente por la crisis que vive la nación. Acuden el presidente Felipe Calderón, su esposa, Margarita Zavala, el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora, y la secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota.
También los ex compañeros del gabinete presidencial de Nelson Vargas, director de la Comisión Nacional del Deporte en el sexenio de Vicente Fox. Rubén Aguilar, ex vocero de Los Pinos, está entre los asistentes.
Por el Gobierno del Distrito Federal acude la directora del deporte, Ana Gabriela Guevara. Nadie más. Ni un solo funcionario de la administración local se presenta.
Frente a ellos, frente a los que llegaron con guardaespaldas, están quienes insisten en que el reclamo debe ser directo a la clase política de resolver la crisis ya, hoy, no mañana, no hasta el siguiente funeral y adolescente asesinado.
“Necesitamos que este tipo de casos nos recuerden como ciudadanos que tenemos la fuerza y que el gobierno está para servirnos”, reclama Elías Kuri, director de Iluminemos México.
El destino de Silvia tiene a todos con los pelos de punta. Hoy es más evidente que nunca: muchos padres abrazan tristemente a sus hijos, a niños, niñas, adolescentes que como se ha dicho no tendrían que estar aquí pero que están, que ahí siguen, que vuelven crimen tras crimen a pararse en misas de despedida.
A lo lejos, un sacerdote oficia el adiós perpetuo.
“No podemos continuar con este mal que está acabando con la vida de mucha gente inocente (…) nuestro país necesita erradicar este mal”, dice, ante el asentimiento generalizado de los presentes, empresarios, políticos, deportistas, familias acomodadas, muchos víctimas del secuestro en carne propia.
“Silvia ha alzado la voz y ha dicho: ‘enderecen el sendero’”, añade, voz tensa de por medio.
IV
La despedida es blanca, como pidieron los padres de Silvia. Sus amigos, estudiantes de los colegios Alexander Bain y Greenhills, la despiden con crisantemos y las palmas en alto, en una ronda final de aplausos.
Pero detrás del color blanco queda la incertidumbre. Ya que la historia tiene trazos de calca. Una adolescente más ha sido asesinada por sus secuestradores en la Ciudad de México.
Y el relato sigue.
Ceremonias religiosas
Concluida la misa de cenizas, comenzarán a partir de este domingo una serie de ceremonias religiosas en el Pedregal para recordar a Silvia Vargas Escalera.
Los restos de la hija del ex titular de la Conade fueron entregados ayer a su familia, luego de concluir la ceremonia en el Panteón Francés de San Joaquín.
El pasado viernes los funerales de Silvia se realizaron de manera privada en la parroquia de San Jerónimo, en la que sólo participaron familiares y amigos.
México/Víctor Hugo Michel

http://impreso.milenio.com/node/8508988


Que Silvia sea la semilla de los frutos que México necesita: Nelson Vargas

Daniel Blancas Madrigal


Ella estaba ahí, lo mismo disfrazada de abeja que contemplando el mar. Silvia reía, jugaba, besaba a sus padres… En el muro trasero de la capilla Lorraine, en el panteón Francés, amigos y familiares fueron construyendo un mosaico de fotografías junto a ella, risueña eterna; al final fueron tantas que nadie dudó de sus 18 años felices. Nelson Vargas, su padre, tomó de la mano a la secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, para acercarla al repertorio de imágenes y mostrarle aquel primer clavado de Silvia, destinada a ser nadadora exquisita por el historial de sus padres en la piscina. Y ahí, frente a ella, la porrista, la estudiante, la aventurera, la hija amorosa, Nelson logró al fin un rictus de ánimo, un nivel de paz que desde mucho tiempo antes había alcanzado la madre: Silvia Escalera. "Que Silvia sea la paz y la semilla de buenos frutos que México necesita", se dijo durante la misa de cenizas. Y en voz del sacerdote la frase "Silvia está con Dios" cambió a "Dios está con Silvia y con ustedes". La familia alistaba ya las palomas blancas, el vuelo y la libertad con el cual se sellaría el último adiós… "Señorita Silvia Vargas Escalera", se leía en la pizarra de acceso a las capillas Lorraine y Cote de Azur, esta vez transformadas en fábricas de remembranzas, en mundos blancos, solicitados e imaginados así por la familia "como recuerdo de la alegría, la pureza e inocencia que siempre irradió Silvia". Al espacio níveo se sumó el presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, los primeros en llegar y los primeros en irse. Tras los abrazos, la familia encontró en el tapiz fotográfico un rincón para viajar al pasado e imaginar caricias, para disfrutar de nuevo a aquella joven amante del mar, de los dulces y los disfraces. Frente al muro de los recuerdos se colocó una mesita con hojas blancas y crayolas multicolores, donde los niños vestidos de ángeles iluminaban cielos, árboles y paisajes, todos dedicados a ella. Sonreía Nelson con los clavados y carcajadas de su chiquilla traviesa cuando llegó el procurador Eduardo Medina Mora, el mismo al que se le había exigido encontrar a Silvia entre frases maternales. Lo hizo desencajado, perdido en un mundo ajeno en el que de repente se topó con la soledad. Veía a la distancia al padre, a Nelson, entretenido en sus ayeres. Veía de reojo a Silvia, la madre, más cerca que nunca en los últimos 15 meses de la hija que despidió aquella mañana del 10 de septiembre de 2007. Fueron, acaso, cinco minutos de extrañeza. En silencio Medina- Mora salió de la capilla, sin cruzar palabra con alguno de los familiares. Como impulsado por los años dichosos Nelson se abrió paso entre la multitud blanca y alcanzó a gritar: —¡Señor Procurador! Vino después la sorpresa, el abrazo, un par de diálogos y otra vez la mudez. Ya. Era tiempo del réquiem. Vázquez Mota entregó tres claveles blancos y Xóchitl Gálvez, ex Comisionada Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, se unió a la oración con un ramo de rosas. No más políticos. Ahí, Isabel Miranda de Wallace, María Elena Morera y Elías Kuri, soldados contra la delincuencia. ¿Personajes del deporte? Acaso Joaquín Badillo, hombre de futbol, el comentarista José Ramón Fernández y… una corona enviada por el taekwondoín Víctor Estrada. Silvia, la madre inquebrantable, Nelson y Fernando Vargas Escalera dedicaron mensajes durante la ceremonia a la hija, a la hermana, "cuya voz y fragancia, cuyas risas estarán siempre en casa… Siempre". La muerte, dijeron, no es otra cosa que estar del otro lado del camino. Y Silvia, la niña, seguía ahí, con un globo rosado, con una paleta, con un antifaz, con una pelota, con un libro, con un beso. Vivía. Vive.
http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=403823

La pena que embarga a la familia Vargas Escalera, tienen nombre y apellido:
Me parece que todos los empresarios debieran colocar en sus empaques, las fotos de los delincuentes de la banda, para que entre todos los ciudadanos estemos atentos, y denunciar sí acaso los vemos. Una acción ciudadana pudiera ser el mandar correos electrónicos, para que nuestros contactos sigan compartiendo los rostros delincuentes y sea la sociedad un claro aliado para ayudar a encontrar a los han logrado enlutar un hogar más. Conocemos solamente algunos casos de secuestro, pero según las cifras que maneja una asociación civil, hasta hoy son 105 familias.
Varias notas citaban que finalmente la familia Vargas cerraría un círculo. Yo me pregunto ¿cómo poder cerrar un círculo cuando en el ambiente existen tantos pendientes?, ¿cómo cerrar un círculo, cuando tantos funcionarios siguen en sus puestos a pesar de no entregar resultados para los que han sido contratados?, ¿cómo cerrar un círculo, cuando la inseguridad contamina el ambiente?

En el caso de Silvia Vargas (qepd), solamente uno de los asesinos está en la cárcel, preso en el penal de barrientos, pero acusado por robo. El reo comentó entre sus compañeros, que él había participado en el secuestro y asesinato. Finalmente se logra conocer parte de los hechos, no por una investigación, sino por la impudicia declaración, que se presenta entre reos...
Según testimonio de los vecinos de la zona, la casa de seguridad en la que se encuentra a Silvia, se decía que eran habitada por 4 hombres y una mujer. ¿Cómo para cuándo se podrá atrapar a los demás?, y es que resulta increíble, que un integrante de la banda logró escapar de un hospital y que hasta hoy, no se logre atrapar.

La fuga oportuna de ése asesino deja muchas preguntas. Las autoridades sabían que se trataba de un secuestrador e integrante de una banda: ¿En qué zona fue atrapado?, ¿Por qué estaba golpeado?, ¿Quién dió la órden de llevarlo a un hospital?, ¿Por qué solamente 2 agentes custodiando al integrante de una banda?, ¿Qué tan cierto es que la propia autoridad se coludió para que pudiera escapar?, y es que las notas recientes citaban lo siguiente:
http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=400717
Lea nada más el perfil de la banda:
http://www.eluniversal.com.mx/notas/558765.html
¿Con ése perfil se les deja escapar?, ¿quién responderá ante la sociedad?

Me parece que es tiempo de borrar el, sí no pueden, y acentuar, el ¡renuncien!
Es tiempo de organizar otra marcha ciudadana, pero en ésta ocasión con la petición clara: ¡Renuncien!
Ya no más trayectos al zócalo. El trayecto deberá ser a cada Institución que no ha cumplido: PGR, SSPF, PFP, CISEN y PGJDF.

En los hechos no han podido, en los hechos seguimos conociendo de varias ilegalidades y atrocidades que involucran a gente que cobraba en la PFP. El ejemplo más reciente un operativo antidrogas que terminó en robo y orgía:
http://www.ansa.it/ansalatina/notizie/notiziari/mexico/20081213183234787964.html
Mientras los "funcionarios" se divierten, el "combate contra el narco", van dejando las cifras mortales, de pequeños niños inocentes. Un ejemplo el dato de Chihuahua:
Menores de 4 años, 4 de cada 100, asesinados en Chihuahua:
http://www.milenio.com/node/131706
¿En manos de quién está nuestra seguridad?
Resulta que como sociedad estramos atrapados entre los favores e intereses que suelen pagar, cuando llegan a "gobernar".
Nelson Vargas y Alejandro Martí empatan en 2 factores: Han sufrido el secuestro y asesinato de sus queridos hijos. Dentro de los lamentables hechos, han padecido la ineptitud, omisión y valdemadrísmo que raya casi en complicidad de las autoridades. Medina Mora lejos de actuar en el caso Martí, ofrecía rezar. En el caso Silvia Vargas desperdiciaron tiempo, perdieron evidencias valiosas, pero al mismo tiempo les mentían. Fundada la expresión de Nelson Vargas cuando refería "¿Éso no es tener nada?, éso es, ¡no tener madre!". ¿Cómo leer la presencia de Medina Mora en el funeral?, porque con su presencia, no logra convencerme de algún tipo de aprecio para Nelson Vargas o que le consternara el momento. Dentro de la larga lista de funcionarios cínicos, sin duda Medina, es uno de ellos

El segundo factor es que Nelson y Martí han ocupado su vida en temas relacionados con el deporte.¡Qué lamentable que una fatalidad ahora los coloque, como la muestra más clara de lo podrida que están las instituciones y un sector social!
Hablando de injusticias e impudicias ¿que Joel Ortega no recuerda y no sabía nada del operativo del News Divine?
Porque el tema News Divine es otra muestra de incapacidad que no podemos olvidarla. El encargado del local sigue preso, a pesar de que después del atroz operativo, no logró encontrarse droga o algo ilegal o irregular. El señor operaba con las reglas que dictaba la autoridad. ¡Qué fácil salida para Joel Ortega, el declarar que no recuerda y que no sabía!, me parece que no se puede evadir una responsabilidad inherente del cargo, porque siendo él, el secretario de seguridad gravísimo sería que ignore los operativos que se van a efectuar, y gravísimo que no pueda recordar que ni manuales tenían para el personal.
Y hay que estar muy pendientes del asunto News Divine, porque he leído en algunos medios, que Joel Ortega ahora quiere ser diputado, y nada más falta que esté dentro de las listas plurinuminal ,y que el partido que pretenda postularlo, sea, el que después de niño ahogado saca infomerciales para ofrecer disculpas, por su muladar que quebrantó la legalidad electoral.
Que se escuche bien y que se escuche FUERTE
Y, sin embargo, se mueve...
Laura Tena

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