Muestrario semanal

20-Dic-2008
Horizonte político
José A. Crespo

A) En relación al desplome del avión que ocasionó la muerte de Juan Camilo Mouriño y de José Luis Santiago Vasconcelos, la versión oficial apunta a un enemigo mayor que el propio narcotráfico, como al principio muchos supusieron (incluido Felipe Calderón): se trata de la corrupción gubernamental y administrativa, socia cercana de los cárteles de la droga, pero que también actúa por su cuenta. La Función Pública señaló que, en efecto, quien mató a Mouriño fue la corrupción. Lo cual a muchos les ha parecido una versión peor que la del atentado, pues habla de la improvisación, la negligencia, la facilidad con que se pueden comprar o actualizar licencias de pilotos sin que se cumplan los requisitos para ello y el descuido del gobierno mismo en torno a la seguridad de sus altos funcionarios. Por lo que, si los narcotraficantes deciden desaparecer a algún personaje del gobierno, tendrían dos opciones: asesinarlo ellos mismos (como ocurrió con Édgar Millán) o esperar a que eso ocurra por el descuido y la corrupción en la propia estructura administrativa.
Sin embargo, la revista Proceso de esta semana vuelve a meter ruido sobre este caso: da a conocer el reporte de mantenimiento que se le dio al Learjet 45 en cuestión, realizado por la empresa Standard Aero, en Houston, el 21 de octubre, es decir, dos semanas antes del siniestro en que cayó en picada. Pues la nueva versión es que la caja negra de instrumentos estaba en perfectas condiciones para cumplir con sus objetivos, contrariamente a lo que nos comunicó Luis Téllez, quien aseguró que no se podía obtener ninguna información de ella por estar saturada desde meses atrás: http://www.proceso.com.mx/noticias_articulo.php?articulo=64812

Según el informe proporcionado por Jesús Rangel Quintero, dueño de la empresa encargada del mantenimiento del jet, a la caja con información aeronáutica se le realizó “la prueba funcional de localizador bajo agua del switch remoto, así como el reemplazo e inspección funcional de la grabadora de datos de vuelo”. Agrega Rangel que “Esta inspección estaba en perfectas condiciones, de lo contrario se hubiera cambiado”. Y se consigna que la propia inspección se haría en 2010. Es decir, esa caja estaba recién revisada y no tenía porqué no haber funcionado. De ser correcto este reporte, implicaría que nuevamente tendríamos motivos para sospechar que no fue la inexperiencia de los pilotos lo que derribó el avión, sino que el gobierno deliberadamente nos ha mal informado para ocultar los hechos reales. Y que, por tanto, tampoco tendríamos por qué creer en la conversación de los pilotos dada a conocer a la opinión pública. Si el secretario Téllez fuera capaz de mentirnos sobre la caja negra de los instrumentos aéreos, ¿por qué no habrían de inventar una conversación ad hoc a la versión de la cual se nos quiere convencer? Y luego se extrañan de la falta de credibilidad del gobierno en estos temas (y en casi todo) y de la suspicacia ciudadana con respecto a lo que digan los funcionarios gubernamentales. Téllez debe dar una explicación verosímil y clara al respecto.

B) En la reunión a propósito de los 100 días del Acuerdo Nacional sobre Seguridad y Justicia, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, señaló atinadamente: “No debemos destacar logros hasta que México no cuente con policías y ministerios públicos de probada honestidad. No permitamos sentimientos de satisfacción hasta que el mareo jurídico en materias de seguridad y justicia no empiece a dar resultados concretos” (28/nov/08). En efecto, más valdría no presumir anticipadamente de los operativos aparentemente exitosos, como el de la casa del Desierto de Los Leones, el 16 de octubre, pues luego resulta que más que éxitos del gobierno, resultan sendos fracasos. El operativo, encabezado por Víctor Gerardo Garay, entonces comisionado de la Policía Federal y hoy arraigado, terminó en la tortura a los sicarios ahí encontrados, el robo de bienes valiosos y en la orgía personal de Garay con algunas prostitutas que ahí se hallaban para la sana recreación de los invitados a la narcofiesta. Más grave aún es que Garay habría permitido la fuga de Harold Poveda, alias El Conejo, socio colombiano de los hermanos Beltrán Leyva. Ante lo cual cabe preguntar, ¿cómo sabemos que los operativos antinarco de los que se ufana el gobierno en los medios de comunicación, no acabarán respondiendo a este patrón? ¿Cómo saber que quienes encabezan tan heroicos hechos no terminarán arrestados por complicidad con los capos? ¿Cómo saber si los presuntos logros del gobierno —como el operativo del Desierto de los Leones— no son en realidad nuevos fracasos en esta costosa guerra contra los capos que simplemente no se puede ganar, por más que el gobierno aún no se halla percatado de ello?
http://www.eluniversal.com.mx/primera/32185.html
C) Hemos visto varias maneras de burlar el artículo 134 constitucional, que estipula que en la propaganda oficial de los poderes públicos en ningún caso “incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público”. Y me refiero a una forma legal, pues hay otras ilegales, como lo son las “gacetillas electrónicas”; se trata de incorporar personajes distinguidos en la propaganda de los partidos. Hemos visto a varios de ellos, miembros del PRI y del PRD, aparecer en sus respectivos promocionales. A través de los tiempos oficiales de los partidos, la ley actual no impide que se haga dicha promoción, dando así la vuelta a la nueva normatividad. El IFE parece intentar, en su reglamento, que tampoco en los tiempos de los partidos puedan aparecer funcionarios públicos o representantes de los poderes estatales (legisladores incluidos). Quizá sólo lo harán dirigentes partidistas (que también podrían hacer desde esa plataforma su propia precampaña).http://www.exonline.com.mx/diario/columna/451801