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domingo, noviembre 30, 2008

'Cuántas cosas han pasado...'

Por Mayolo López
Reportaje Calderón, dos años. Desde que inició su precampaña por la Presidencia, Felipe Calderón ha sido propenso a hablar de adversidades y ha asegurado que sabe cómo remontarlas. Su segundo año concluye precisamente en esa condición: adversidad

(30 noviembre 2008).- En el zocalito del pueblo de Hueytlalpan, en las cañadas más profundas de la sierra norte poblana, el presidente Felipe Calderón tuvo ánimo para jugar con la ironía: "caray... cuántas cosas han pasado".Lo escuchaban cientos de indígenas totonacas. "Tengo la conciencia tranquila", les dijo. Con la entrega de un camino de 3.3 kilómetros que se uniría al Espinazo del Diablo podía proclamar "palabra cumplida": a principios de 2007 el alcalde le había demandado la construcción de ese tramo.Con ese antecedente de por medio, Calderón recordó que ya se aproximaba la fecha -1o. de diciembre- que marcaría los primeros dos años de su gobierno.
"Caray, cuántas cosas han pasado...".

Era el miércoles 12 de noviembre: había transcurrido ya una semana del trágico percance que le costó la vida a su colaborador y amigo más cercano, Juan Camilo Mouriño.Alumnos de la escuela primaria Benito Juárez habían interpretado en lengua totonaca el Himno Nacional: Calderón respiraba otros aires. Los niños le ponen contento y le levantan el ánimo. Y ese día lucía más o menos repuesto de la pérdida de Mouriño.El percance aéreo del 4 de noviembre -que opacó en México el espectacular triunfo de Barack Obama en su carrera hacia la Casa Blanca -tiñó de sangre, de desgracia y tristeza el panorama hacia la efeméride del 1o. de diciembre.Un trance que, contra su voluntad, obligó al Presidente a recomponer su gabinete en medio de la tragedia y el dolor: en la persona del abogado Fernando Gómez Mont encontró al sucesor de Mouriño, en un movimiento que sorprendió a todos.Pareciera que ya no tuvo margen para concebir y ejecutar sus planes como él hubiera querido en el espacio del gabinete. El grupo que lo cobijó, alentó y apoyó en la campaña hacia la Presidencia resentía la pérdida de la pieza fundamental: aun afuera de Los Pinos, Juan Camilo era el cemento del staff integrado por los jóvenes Maximiliano Cortázar, Ernesto Cordero, Alejandra Sota y Patricia Flores.Para su amigo entrañable, Calderón organizó unos funerales que parecieron de Estado: en el Campo Marte, ante la clase política, el gabinete, centenares de invitados y contingentes del Ejército.El féretro con los restos de Mouriño fue colocado por delante de la hilera que formaron los otros siete ataúdes de las víctimas del avionazo.La mañana de ese 6 de noviembre Calderón lanzó un panegírico de la figura de Juan Camilo; el domingo siguiente, en la sede del partido, no sólo hizo una exaltación más de su amigo, sino que lanzó una reprimenda al panismo."Homenajearlo (a Mouriño) es dejar atrás, y de una vez, las mezquindades. Las ruindades que nos impiden servir, que nos impiden hacer el bien y que nos atrapan en pleitos, envidias, ruindades; en fin, que paralizan la acción del partido, nos alejan de los ciudadanos y además nos hacen perder elecciones", sentenció el mandatario, en lo que parecía un recuento de las disputas vividas entre el calderonismo y el ala foxista-espinista del blanquiazul.
Ocho días después, mientras Calderón viajaba a Washington para participar en la Cumbre de los Líderes del G-20, en México el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, daba carpetazo al asunto al apuntalar la hipótesis de la "turbulencia" provocada por un avión de Mexicana que hizo que el Learjet 45 se desplomara.

Del ajuste a la crisis

En el presidencialismo mexicano se suelen dividir los sexenios en tres tercios, y se le otorgan al segun-do año varias características: es el año en el que se acaba la curva de aprendizaje, en el que el Presiden- te toma las riendas del gobierno e imprime su sello propio. Sentadas las bases del sexenio, definidas las políticas públicas que guiarán la administración, el Presidente se apresta a gobernar en plenitud.En esa lógica, Calderón inició su segundo año con el propósito de cerrar en definitiva el capítulo de las elecciones del 2006 y abandonar el discurso de reafirmación y legitimación que lo caracterizó en el primer año.En busca de la consolidación, en enero dio un golpe de timón al nombrar a dos de sus colaboradores más cercanos -ambos artífices de la estrategia con la que ganó la Presidencia- en posiciones estratégicas: Ernesto Cordero en la Secretaría de Desarrollo Social y Juan Camilo Mouriño en Gobernación.Los movimientos fueron precedidos por la llegada de Germán Martínez, otro hombre clave del calderonismo, a la dirigencia nacional del PAN, el 8 de diciembre del 2007.El ajuste anunciaba un relanzamiento de la administración, que pasaba por la negociación de la reforma energética -en manos de Mouriño- y el diseño de una ambiciosa estrategia de desarrollo social bautizada como "Vivir Mejor". Se intentaba posicionar al gobierno en un terreno distinto al de la lucha contra el narcotráfico, monotema del primer año de gobierno. Y el PAN se aprestaba a hacer del 2008 el año del combate a la pobreza y el lucimiento de los programas sociales.Sin embargo, los planes chocaron contra la realidad: la reforma energética dio nuevos aires a Andrés Manuel López Obrador, quien sustituyó la bandera del fraude electoral por la de la defensa del petróleo; desgastó al alfil y principal negociador del Presidente, Juan Camilo Mouriño -al revelarse los contratos que firmó como representante de su empresa familiar con Pemex-, y tardó 10 meses en procesarse.La estrategia "Vivir Mejor", lanzada en mayo, se empalmó con la negociación de la reforma energética y, finalmente, se desvaneció frente a la contundencia con la que el crimen organizado repelió la lucha antinarco.En el mes de agosto se supo del secuestro y asesinato del menor Fernando Martí, lo que puso el foco nuevamente en el tema de seguridad pública. La delincuencia organizada desató en paralelo una ola de violencia sin precedentes y, en septiembre, el tema de Calderón era nuevamente el de la guerra "que costará dinero, tiempo y vidas humanas".
En el mismo mes, la devaluación del peso, la caída de los precios del petróleo y la presencia de una crisis económica llegada desde el exterior completaron el cuadro.
Inexorablemente, los dos primeros años de este gobierno quedaron marcados por esas palabras: crisis, pérdida, dolor, tragedia. Una tragedia tras otra: el secuestro y ejecución del adolescente Fernando Martí, el "granadazo" de Morelia, el avionazo de Las Lomas...
En el camino, asoma también el grito incómodo que retumbó en los muros de Palacio Nacional el viernes 3 de octubre."¡Espurio!", le gritó a Calderón, desde el templete principal de la entrega del Premio Nacional de la Juventud 2007, Andrés Leonardo Gómez Emilsson, un estudiante de 18 años.
Antes, la fractura en el hombro izquierdo provocada por una caída en bicicleta en sus paseos matutinos por Chapultepec, lo que le obligó a usar un cabestrillo a lo largo de varias semanas y aparecer así en público el 1o. de septiembre, cuando envió al Congreso su Informe de Gobierno, en el otrora "Día del Presidente".

Brindis

Dos brindis sobresalen en el segundo año de la gestión del presidente Calderón. Uno, el de la noche del "Grito" en Palacio Nacional, justo en el momento en que se contaban los muertos que dejaron las dos granadas arrojadas a la multitud que se concentró en Morelia, la ciudad natal de Calderón. Otro, en Los Pinos, para celebrar la "histórica" reforma a Petróleos Mexicanos.Al arañar el primer trienio de su gestión, la del 15 de septiembre de 2008 en Palacio Nacional puede ser la "noche triste" del Presidente: enterado de la barbarie que se había cebado sobre sus paisanos, Calderón se desprendió de la banda presidencial, apuró una reunión urgente con el gabinete de seguridad y descendió al patio central a departir con sus invitados especiales.Lucía apesadumbrado, absorto. Apenas tuvo ánimo para tomarse las fotos del recuerdo de una noche teñida por lo que muchos no dudaron en calificar como un acto terrorista.
En contraste, la noche del 28 de octubre reunió en Los Pinos a su gabinete y a los senadores y diputados del PAN para celebrar la aprobación de la reforma de Petróleos Mexicanos. Con vino blanco y tequila, la familia panista festejó el acuerdo alcanzado en el Congreso con el PRI y con el ala moderada del PRD, tras 10 meses de intensas negociaciones y desgaste político.La reforma que, en medio de bloqueos al Senado, una toma de tribuna en San Lázaro y amagos de movilizaciones de las huestes lopezobradoristas, prosperó en el Congreso de la Unión apenas en octubre, distó mucho de la que pretendía dar con "el tesoro" en las aguas profundas.
El 8 de abril el presidente Calderón lanzó la iniciativa para buscar el fortalecimiento de Pemex, e inició un tortuoso proceso de negociación que acaparó la atención de la clase política.En paralelo, la embestida del crimen fue en aumento: los descabezados de Mérida, la veintena de ejecutados en La Marquesa, los ocho muertos de Morelia, el SOS desde Chihuahua, la barbarie diaria en Tijuana y muchos otros hechos sangrientos. Al cierre de esta edición, los ejecutados rondan los 4 mil 500 en lo que va del 2008.La guerra contra el narco también dio victorias al mandatario; en forma sobresaliente, la captura de El Rey Zambada, hermano del líder del Cártel del Pacífico; El Doctor, último de los hermanos Arellano Félix que estaba en libertad; Antonio Galarza Coronado, del Cártel del Golfo; y El Hummer, uno de los fundadores de Los Zetas. Además de dos decomisos: uno en efectivo, por 26 millones de dólares, y otro de armamento, con más de medio millón de cartuchos de por medio.En esta guerra se abrió un nuevo flanco en las últimas semanas: la Operación Limpieza, que ha provocado hasta el momento la detención de siete ex mandos policiacos para ser investigados por sus presuntos nexos con el narcotráfico; entre los que sobresale el ex titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Or- ganizada Noé Ramírez Mandujano.
En paralelo, personajes cercanos al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, fueron señalados por presuntos nexos con el crimen organizado. El caso más grave es el de su ex secretario particular, Arturo Velarde, que compareció la semana pasada a declarar ante la SIEDO.
Desde el extranjero, el Presidente se vio obligado a deslindar a su secretario de la cloaca destapada con la Operación Limpieza: "No se trata de investigaciones alrededor de él... se trata de un compromiso de limpieza en torno al gobierno federal... si hubiera alguna duda de su probidad o, más aún, algún elemento probatorio que descalificara esa probidad, seguramente no sería secretario de Seguridad Pública", sentenció.

Apuesta por el gasto

La crisis económica tocó puerta en Los Pinos en los últimos días de septiembre, después de que Calderón incursionara en el inestable y convulso territorio de Wall Street.Contra el escepticismo de muchos, por esos días comenzaba a gestarse la peor crisis financiera del planeta, mucho más grave que la que enfrentó Estados Unidos con la Gran Depresión de 1929, a decir de muchos tras el recuento de los daños."Tenemos un sistema bancario, crediticio y financiero muy fuerte, que ha tenido un comportamiento positivo, y aún en estos momentos está registrando un crecimiento en la economía de México", planteó en la Bolsa de Valores neoyorkina el 24 de septiembre.
Un día después, ante el influyente Club Económico de Nueva York, todavía afloró en Calderón un optimismo que no se correspondía con el ambiente de incertidumbre que se respiraba: "Ya no tiene cabida", planteó, "lo que antaño se decía: que si a Estados Unidos le daba gripe, a México le daba pulmonía".El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, pecó todavía más: aseguró que, para México, la cosa quedaría en un inofensivo "catarrito".
Apenas regresó el Presidente a México, la crudeza de la crisis afloró: dos semanas consecutivas de pérdidas en las Bolsas del orbe dibujaron un ominoso horizonte para todas las economías.Con el pánico que se respiraba en los mercados, Calderón no dejó pasar mucho tiempo: el 8 de octubre, en Los Pinos, compareció ante la prensa con una estrategia en el bolsillo: el Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo, que a la postre fue saludado por todos los actores, hasta por la oposición perredista, que se congratuló de que el Presidente hubiese anunciado la construcción, con dinero público, de una refinería."El mundo está en una grave crisis y eso afecta a México", terminó por reconocer ese día el presidente de la República. "Estamos ante una situación difícil que obliga a muchos gobiernos a adoptar medidas para mantener la estabilidad de sus economías y sistemas financieros y, desde luego, para recuperarse de su crecimiento. México no es la excepción".
Acompañado por los titulares de Hacienda y Economía, Calderón explicó que el objetivo del programa estaba orientado a proteger el crecimiento de la economía y defender los ingresos y el empleo de los más pobres.Con ese instrumento, en los hechos Calderón daba un viraje que implicó un regreso a los orígenes de su formación política y doctrinaria: decidió apostar al gasto público y distanciarse de la tendencia seguida en los últimos 15 años, marcada por la preeminencia de la inversión privada.En concreto, el programa de contingencia se orientó a ampliar el gasto público en infraestructura para estimular el crecimiento, a cambiar las reglas en el ejercicio de ese gasto, a proyectar la construcción de una refinería, y a apoyar las pequeñas y medianas empresas en México.
Un día después, bien acogido su plan de acción, Calderón afirmó que el gobierno tenía un "margen de maniobra importante" como para "evitar que la crisis internacional paralice nuestra economía y provoque despidos masivos".No será necesario apretarnos el cinturón, dijo. "No nos desanimemos".

Futuro

La perspectiva que tiene enfrente el presidente Calderón al iniciar el segundo tramo de su gobierno se presenta harto difícil: los trastornos de la crisis financiera y bursátil y la inminente recesión de la economía estadounidense implicarán remar a contracorriente.Para infortunio suyo y de los mexicanos, en cuestión de meses el país se le descompuso: el 8 de abril, cuando presentó su iniciativa de reforma energética, el dólar costaba 10.67 pesos y el precio del petróleo se ubicaba en 90.5 dólares por barril.Hoy, México es otro: el dólar se cotiza alrededor de los 13.50 pesos y el precio de la mezcla mexicana de petróleo se desplomó hasta 35 dólares.Del millón de empleos prometidos en campaña, a principios del 2008 se pasó a una oferta de 600 mil y, finalmente, la realidad ubicó la cifra en menos de 400 mil.
En esas condiciones, sin el jefe de su equipo, sin el PRI -que ahora estará ocupado en derrotar al PAN en las elecciones intermedias- y sin más reformas legislativas que negociar, Calderón entrará a una zona en la que, según prometía en campaña, se desempeña mejor que en ninguna otra: la de la adversidad.

-En lo que va del sexenio se han registrado más de 7 mil 600 ejecuciones vinculadas con el narco.

-En dos años, el IMSS ha registrado la creación de 718 mil 143 nuevos empleos.

-Se han aprobado cinco reformas relevantes: ISSSTE, fiscal, electoral, judicial y petrolera.

-Los cambios en el gabinete se han dado en Gobernación, Sedesol, Economía y Función Pública.

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Fecha de publicación: 30 noviembre 2008


Empleo: la promesa incumplida
En campaña, hace dos años, Calderón ofrecía un millón de empleos al año. En 2008 se generarán menos de 400 mil.

Martha Martínez
Ciudad de México (30 de noviembre del 2008).- En dos años, el presidente Felipe Calderón creó y dio continuidad a 44 programas para la generación de empleo; a pesar de ello, el número de personas desocupadas ha ido en aumento, el costo per cápita para el gobierno por colocar a una persona en un trabajo formal es cada vez más alto y los salarios siguen perdiendo su valor adquisitivo.Los principales indicadores del país coinciden en que la pérdida de fuentes de trabajo es una constante en la administración de quien prometió ser "el Presidente del empleo".

El Instituto Mexicano del Seguro Social señala que en 2006 el número de nuevas plazas laborales fue de 513 mil, en 2007 el número se redujo a 415 mil 700 y a octubre de 2008, descendió a 302 mil 443.Las cifras indican que en lo que va de la presente administración se crearon poco más de la mitad de las plazas establecidas por Calderón como meta anual para su gobierno. Lo anterior a pesar de que redujo sus expectativas en la materia; como candidato presidencial prometió generar un millón de empleos; en 2007, ya como Presidente, modificó la cifra a 800 mil, y a principios de 2008, volvió a acotarla a 600 mil.

En materia de desempleo, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI muestra que al cierre de 2007 la tasa de desocupación fue de 3.40 por ciento, en enero de 2008 pasó a 4.06 por ciento, y en octubre de 2008 se incrementó a 4.11 por ciento.

En diciembre del 2007 la Población Económicamente Activa ascendía a 45 millones 622 mil personas, de las cuales un millón 551 mil se encontraban desempleadas; al inicio del cuarto trimestre del 2008 el número de personas en edad de trabajar se redujo a 45 millones 535 mil, pero la población desempleada pasó a más de un millón 871 mil.

El fracaso de los programas

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados reconoce que la pérdida de fuentes de trabajo se encuentra invariablemente relacionada con los efectos de la recesión de Estados Unidos en la economía mexicana, entre ellos la reducción en las proyecciones de crecimiento del PIB de 4.8 por ciento en 2006 a 1.8 por ciento en 2009.
No obstante, los resultados de las estrategias gubernamentales en materia de generación de empleos han sido limitados en gran medida por deficiencias en su diseño e implementación, aun en aquellos considerados como "programas estrella".
El Programa del Primer Empleo es el ejemplo paradigmático. Prometido en campaña como un programa dirigido especialmente a jóvenes –para facilitar su acceso al mercado laboral–, fue puesto en marcha en marzo de 2007 con un presupuesto de 3 mil millones de pesos y, de acuerdo al presidente Calderón, generaría cerca de 28 mil nuevas plazas mensuales a lo largo de su administración.Un informe de la Dirección de Incorporación y Recaudación del IMSS indica que en casi 20 meses de operación se han inscrito al programa un total de 41 mil 454 trabajadores; es decir, 2 mil 182 mensuales.
El fracaso del programa ha sido tal que en diciembre de 2007 fue modificado para hacerlo más flexible y atractivo.
Según el director de Recaudación e Incorporación del Seguro Social, Pablo Reyes Pruneda, en las próximas semanas se integrará una mesa de trabajo para evaluar la efectividad del PPE y definir si es necesario modificarlo por segunda vez.

Lo mismo sucede con el Programa Nacional de Infraestructura cuya inversión supera los 2.5 billones de pesos y que fue presentado por Calderón como uno de los principales impulsores de empleo.
Hasta ahora, el PNI –que inició su operación en julio de 2007– no ha modificado la generación de empleos a nivel nacional; por el contrario, se mantiene la tendencia a la baja en el número de plazas formales.

Se cae el poder adquisitivo

En estos dos años, Calderón puso en marcha 23 nuevos programas de financiamiento a pequeñas y medianas empresas, subsidios de cuotas obrero patronales, becas para capacitación y desarrollo de infraestructura; además continuó la operación de 21 estrategias de apoyo al campo, generación de núcleos productivos y asesoría técnica, algunas de ellas vigentes desde 1993.

Sin embargo, si la promesa de crear 600 mil nuevas plazas en 2008 no se cumplió, la de generar trabajos dignos, estables y bien remunerados, tampoco. El Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM indica que del 1o. de diciembre de 2006 al primer semestre de 2008, el precio de la canasta alimenticia pasó de 81 a 116 pesos; es decir, la pérdida del valor adquisitivo de los trabajadores fue de 24 por ciento.

Al 1o. de diciembre de 2006, el salario mínimo era de cerca de 49 pesos diarios, en 2008 el salario mínimo aumentó a 52.59 pesos; a pesar de este incremento, hoy un trabajador sólo puede adquirir el 80 por ciento de lo que podía comprar al inicio de la actual administración.

A la limitada generación de empleos y la pérdida del valor adquisitivo del salario se suma el hecho de que al gobierno federal le resulta cada vez más caro colocar a una persona en un empleo formal.Un reporte del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP)de la Cámara de Diputados indica que, en 2007, la colocación de una persona desempleada o subocupada en un empleo formal fue de mil 151 pesos; en 2008, el costo se incrementó a mil 943 pesos.El CEFP reconoce que continuará el deterioro del mercado laboral y la reducción de empleos formales durante 2009.

En el mismo sentido coinciden las proyecciones del Banco de México, según las cuales el incremento de plazas durante el próximo año será de apenas 218 mil; es decir, menos de la mitad de lo que prometió Calderón a principios de 2008 y menos de la cuarta parte de las que ofreció cuando aseguró que sería "el Presidente del empleo".
http://www.reforma.com/enfoque/articulo/473/945802/default.asp?PlazaConsulta=reforma&DirCobertura=Suplementos/enfoque&TipoCob=2

Deficiencias de los gobiernos panistas
Los dos presidentes de la alternancia han gobernado sobre las bases del régimen priísta.
Francisco José Paoli Bolio

Ciudad de México (30 de noviembre del 2008).- La expectativa de cambio que despertó el gobierno de la alternancia ha sido causa de la frustración que experimentan los ciudadanos en relación con los gobiernos panistas. Muchos pensaron que al llegar a la Presidencia un partido distinto al que gobernó por siete décadas, las cosas cambiarían. Después de ocho años, puede decirse que buena parte de las acciones públicas se realizan siguiendo cánones priístas, aunque con bisoña impericia. Los mandatarios azules no han logrado dejar su impronta.

Cuatro puntos para señalar lo que impidió el cambio:1. El presidente Vicente Fox ganó la silla con dos millones y medio de votos más que el candidato del PRI. Esta condición lo legitimó de manera suficiente para permitirle realizar cambios importantes, incluso antes de tomar formalmente las riendas del poder. Se hizo uno modificando la Ley Orgánica de la Administración Pública, para crear la Secretaría de Seguridad Pública, con lo que se privó a Gobernación de la conducción de la Policía Federal y de otras facultades. En lugar de dejar un ministerio del interior moderno, unificando la inteligencia con que cuentan autoridades civiles con las militares, se debilitó al principal instrumento de gobierno, que conduce las relaciones del Ejecutivo con los otros poderes, con los partidos y las organizaciones de la sociedad civil. Además dejó Hacienda –y otras posiciones importantes– en manos de un priísta que siguió protegiendo las prioridades del régimen anterior.Los cambios tenían que haber empezado por la integración de un equipo cohesionado que actuara en forma coordinada.

El presidente Fox estaba poco preparado para gobernar y tuvo consejeros que carecían de capacidad política para impulsar el cambio. Además de no disponer de instrumentos eficaces de gobierno, careció de la orientación pertinente para relacionarse con las organizaciones más sanas de la sociedad y se apoyó en los poderes fácticos. Estas fuerzas reales se reafirmaron y avanzaron en la toma de decisiones, privilegiando sus intereses. Los medios electrónicos de información, marcadamente la televisión, acentuaron prácticas monopólicas prohibidas por la Constitución.

2. En la primera parte del gobierno de Fox se inició el combate al crimen organizado, pero después del primer año esa acción se fue relajando y los grupos criminales se fortalecieron. Amenazaron y compraron autoridades. Además se enquistaron ampliamente en la sociedad y perfeccionaron el lavado de dinero. Los narcotraficantes acapararon delitos productivos: secuestros, tráfico de personas y de armas.

3. Sin contar con aparato eficiente de gobierno y sin un orden gubernamental claramente establecido, el Ejecutivo tampoco supo negociar con los legisladores. Cedió muchos espacios fundamentales de la administración y la negociación del Presupuesto a miembros del grupo político derrotado en las urnas y a sindicatos fuertes, burocratizados y enriquecidos con bienes del Estado. En el Poder Legislativo, que se define por su pluralidad, el partido del Presidente no contó con mayoría. Y el Presidente no ofreció a los legisladores estímulos para que realizaran una reforma fiscal justa y para que colaboraran en el logro de beneficios generales.

4. El presidente Calderón ganó las elecciones con un margen muy reducido (del 0.5 por ciento) y fue políticamente impugnado. Su margen de maniobra se redujo y optó por utilizar sólo la lealtad para organizar su equipo de gobierno, sin intentar cambios en la deficiente administración pública. No ha podido plantear la reforma energética que el país requiere, ni la reforma política que reclama una reorganización en la que las fuerzas distintas compartan institucionalmente el poder. Ha declarado la guerra al crimen organizado, a mi juicio correctamente, pero esto lo ha debilitado más para subordinar los poderes fácticos al interés general.

El autor es investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
http://www.reforma.com/enfoque/articulo/473/945705/

Pues bien parafraseando a un clásico de columnas nacionales, los gobiernos emanados del PAN nos han resultado peligrosamente Medianitos y bastante pen..., ¡claro! sin dejar de lado la creciente corrupción, la insultante impunidad y el que persisten en rescatar a las empresas que llegaron a números rojos por el asunto de los derivados, todos ellos hoy muy cobijados por nuestras reservas federales que increíblemente no se pueden emplear para incentivar crecimiento o desarrollo y solamente están dispuestas "para apuntalar el precio del peso". Desde Nafin más de 5400 millones, al servicio de los amigos/socios, más que de todos los empresarios y las supuestas Pymes.
Mientras tanto el BID entrega y entrega millones y millones que seguirá siendo DEUDA para todos los mexicanos, dentro de un país que anheló lograr un cambio y solamente pasó de la cueva de Alibabá a la conjunción de la isla de Guiligan y los piratas enquistados en aportaciones para costosas campañas.
Sí en 2009 deseamos en verdad cambiar un poco nuestro negro panorama tendremos que reflexionar ¿qué partidos? o ¿qué partido? deberá contar con una enorme mayoría, para frenar tanto saqueo e impudicia nacional.
Pero también tendremos que generar CONCIENCIA del valor que tiene el voto y por ello combatir tanto el voto coorporativo, como el acarreo y el clientelismo político
Que se escuche bien y que se escuche FUERTE
Y, sin embargo, se mueve...
Laura Tena

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