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sábado, julio 14, 2007

CONTRABANDO+ISOSA+FUNCIONARIOS

Para el Relax, del fin de semana, y previo a la conferencia de prensa que se darà desde Washington, que por cierto, està a media hora de distancia por tren de Nueva York, les dejarè el siguiente artìculo, que dicemàs por sì solo, y que nos podrìa ayudar a conocer, y sobre todo a analizar, si Zhenli y los demàs, podrìan tener alguna relaciòn.

Durante la semana, seguiré documentado todas las empresas, y nombres que han acompañado, al Rey Midas

En Mèxico, desafortunadamente, no solamente se lava ropa...

Aduanas I: Negocio transexenal
27/02/2006
Autor : Ricardo Ravelo Género : ReportajeFrancisco Gil Díaz está a punto de sumar tres sexenios de "impunidad": Y es que, según el libro Aduanas I. Fraude transexenal, del periodista Miguel Badillo y cuyas partes centrales se reseñan aquí, durante todo ese tiempo el secretario de Hacienda ha realizado negocios a costa del sistema aduanal del país mediante empresas y fideicomisos privados, pero con recursos públicos. Mediante una amañada estructura financiera, Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda, es el principal beneficiario de un "negocio", que le reditúa ganancias millonarias, relacionado con las aduanas y con el cobro de impuestos y servicios, a través del denominado Fideicomiso Aduanas I, creado en 1993. Se trata de un negocio que, además, contó con la protección de los presidentes Carlos Salinas y Ernesto Zedillo y, ahora, con la de Vicente Fox. Pese a que el actual mandatario sabe que dicho fideicomiso es ilegal, pues opera como organismo privado con recursos públicos, no ha podido "doblar" al secretario de Hacienda para que éste lo disuelva. Tales afirmaciones forman parte del libro Aduanas I. Fraude transexenal, del periodista Miguel Badillo, el cual saldrá a la circulación a mediados de marzo bajo el sello de la editorial Contralínea. En entrevista con Proceso, Badillo asegura que cuando Francisco Barrio estuvo al frente de la Secretaría de la Contraloría, el exgobernador no pudo finiquitar el fideicomiso. Fue el mismo caso, dice, de Eduardo Romero Ramos, actual secretario de la Función Pública, quien le habría dicho a Fox que el secretario de Hacienda se negaba a acatar la indicación presidencial. Según el autor del libro, fue durante una reunión en Los Pinos cuando el mandatario le ordenó a Gil Díaz liquidar los fideicomisos aduaneros y traspasar sus fondos -más de 8 mil millones de pesos- a la Tesorería de la Federación, pero el funcionario, señala Badillo, aún se resiste a terminar con una fuente de ingresos cuyo destino se desconoce y que constituye un saqueo al erario y un "fraude" a la nación. Badillo habla de cómo empezó la investigación acerca de lo que él llama "el fraude transexenal", y las presiones y hostigamientos que ha padecido en los últimos cuatro años de Gil Díaz, protagonista central de la historia y creador de "la maquinación", que empezó -dice el autor- en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, en cuyo gobierno Gil Díaz fungió como subsecretario de Ingresos. Como antecedente, Badillo cuenta que la estructura aduanera actual y los negocios del secretario se empezaron a cimentar en la etapa previa a la firma del Tratado de Libre Comercio, pues Estados Unidos presionó a México para que iniciara la modernización de todo su sistema aduanero. En 1992, el entonces secretario de Hacienda, Pedro Aspe, encomendó la realización de este proyecto modernizador a Francisco Gil Díaz, quien un año después -insiste el autor- contaba con fideicomisos y empresas privadas que disponían de fondos públicos para brindar servicios en las aduanas. Hostigamiento Miguel Badillo, quien perteneció al equipo fundador del diario Uno Más Uno en 1977 y actualmente dirige la revista Contralínea, asegura que desde que salieron a flote los negocios de Gil Díaz con los fideicomisos aduaneros -principalmente el Aduanas I y la empresa Integradora de Servicios Operativos Sociedad Anónima (ISOSA)-, este funcionario se ha dedicado a hostigarlo en todos los medios donde escribe. Añade que tras el escándalo que se produjo con motivo de las denuncias -divulgadas en la prensa- a raíz de los múltiples negocios de Gil Díaz al amparo del presupuesto público, el secretario de Hacienda trató de acallar las versiones. Y para lograr ese objetivo, dice, se ha valido de todos los medios: Presionó al director general de El Universal, Juan Francisco Ealy Ortiz, para que no se publicara más información sobre el embrollo aduanero y esos negocios. Como el asunto también fue abordado por Badillo en la columna semanal que tenía en ese diario, Oficio de Papel, el funcionario endureció su posición y envió una orden al periódico: "Quiero que despidan a Miguel Badillo y no se publique más sobre el tema que ha manejado..." Oriundo de Veracruz, exreportero de El Economista y de El Norte de Monterrey, entre otros medios, Badillo refiere que un día repentinamente lo mandó llamar el director editorial de El Universal, Roberto Rock, quien le dijo que deseaba hablar con él. "A mí me extrañó un poco la llamada porque yo no acostumbraba ir al diario. Sólo enviaba mi columna los domingos". El periodista señala que por otras fuentes se enteró de que el llamado era para despedirlo. Al llegar a la oficina del director editorial, dice, "confirmé lo que me habían dicho, pues lo primero que vi sobre su escritorio fue un legajo de copias de varias columnas y notas mías sobre Gil Díaz y el tema aduanero. A un lado estaba otro texto que recientemente le había enviado y nunca se publicó". Cuenta: "En la charla, Roberto me pidió que dejara de publicar la columna. Yo ya sabía de qué se trataba, aunque él argumentó que la decisión obedecía a una reestructuración del periódico". -¿Cuál fue el fondo de esa decisión? -se le pregunta. -La petición concreta era clara: que dejara de escribir sobre ese tema que estaba revelando la corrupción del secretario de Hacienda, así como la maquinación y complicidad de todo el gobierno federal, incluido el presidente Fox. Sostiene que, según pudo confirmar posteriormente, la orden para que fuera despedido de El Universal la giró directamente Francisco Gil Díaz al director general del diario, Juan Francisco Ealy Ortiz, quien en 1996 fue encarcelado, aunque por unas horas, por problemas con el fisco. "Personas cercanas a Ealy Ortiz y funcionarios de Hacienda me dijeron que era tal la presión que tenían que lo que hicieron fue pedir mi salida. A ellos no les preocupaba si seguía o no en El Universal. Querían que dejara de escribir sobre el Fideicomiso Aduanas I y las operaciones de ISOSA", puntualiza. Asegura que tras su salida de El Universal, siguió investigando sobre el fraude aduanero y en las revistas que ahora dirige, Contralínea y Fortuna, ha publicado reportajes en torno del tema, pero también ha recibido presiones: "Hemos estado sujetos a revisión permanente del fisco y tenemos bloqueos comerciales, todo dentro del ámbito de influencia de Hacienda. Eso me lo han confirmado funcionarios públicos y jefes de prensa. Todo esto lo veo como las consecuencias de esta investigación. Tampoco me siento engañado por Ealy Ortiz. Yo sabía quién era y con quién estaba trabajando. Lo conozco bien." El "fraude" De acuerdo con la investigación de Badillo, Gil Díaz comenzó a estructurar en 1992 el andamiaje empresarial y financiero del Fideicomiso Aduanas I e ISOSA -cuyo fondo también fue explorado puntualmente por Proceso en varios reportajes- por órdenes de Pedro Aspe, luego de que el gobierno de Estados Unidos solicitó al de México modernizar su sistema aduanero para que estuviera en posibilidad de recibir la oleada de productos de ese país. Carlos Salinas, dice, puso en manos de Aspe el proyecto, y a su vez este funcionario se lo encomendó a Gil Díaz, quien entonces fungía como subsecretario de Ingresos. Un año más tarde, Gil Díaz había estructurado lo que Badillo llama "la mecánica financiera" que derivó en un fideicomiso privado al que ahora se le conoce como Aduanas I y que preside el propio funcionario, en tanto que su secretario particular, Lorenzo Hernández, está al frente de la empresa ISOSA, compañía que opera para el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Badillo explica: "Es un tejido complicado. Vamos por partes. ¿Para qué se crea el fideicomiso? Para captar recursos y poderlos gastar en la modernización aduanal. ¿Pero qué tipo de recursos debían ser? Si era un fideicomiso privado, no podía o no debía tener fondos públicos o presupuestales, de tal manera que todo este instrumento que les lleva uno o dos años construir les permite crear un impuesto que pagan todos los importadores y exportadores nacionales o extranjeros. "Este impuesto se va al fideicomiso. Y con esos fondos se crea la empresa ISOSA, así como Integradora de Activos Sociedad Anónima (IASA) y otras empresas más alrededor del fideicomiso, porque precisamente son las compañías que van a operar toda la contratación de servicios para la modernización aduanal." Según el libro Aduanas I. Fraude transexenal, esta base sirvió para crear más fideicomisos, y así fue "creciendo la maraña de instrumentos financieros y se creó el Fideicomiso Aduanas II, que es el consorcio de comercio exterior dos. Este fideicomiso, de carácter privado, es operado por 11 empresas de agentes aduanales del país, quienes brindan los servicios. El negocio ha sido tan boyante que hasta el mes de febrero de 2005 el Fideicomiso Aduanas 1 tiene cerca de 8 mil millones de pesos en Nacional Financiera". Según Badillo, Gil Díaz siempre trató de ocultar estas maniobras ilegales, pues se trata de negocios con los que se han beneficiado diversos funcionarios que han desfilado por Hacienda en los últimos tres sexenios. Y es que tan pronto como el funcionario constituyó Aduanas I, este fideicomiso empezó a operar en el Banco del Ejército (Banjército), institución que no está bajo supervisión de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, "de tal manera que se podían hacer muchas cosas", comenta el periodista. De acuerdo con la investigación de Badillo, el principal problema de estos instrumentos financieros es que se trata de fideicomisos y empresas privadas que, sin explicación alguna, disponen de dinero público y cuyos ingresos no se le reportan a nadie, pues se manejan con toda discrecionalidad. El periodista explica: "Está tan cerrado el caso que no hay manera de saber en qué se gastaron esos fondos públicos transferidos a empresas privadas como ISOSA, la cual opera en la Secretaría de Hacienda y cuenta con empleados privados que laboran en la propia Secretaría de Hacienda. Recientemente tuve acceso a un documento del Departamento de Control Interno de Nacional Financiera que da cuenta de los malos manejos." Dicho informe -añade- consigna el desvío de dinero de los fideicomisos, gastos onerosos, compra de cinco vehículos de alto blindaje, uno de ellos para Gil Díaz, y diversas erogaciones discrecionales. "Esto debe motivar a una investigación a fondo por parte de la Auditoría Superior de la Federación, pero se ha visto limitada. No le han abierto todos los archivos y Hacienda se cubre en el llamado secreto fiduciario". Beneficios para la camarilla Badillo insiste en que la estructura montada para modernizar las aduanas terminó siendo un negocio de Gil Díaz y de su grupo de incondicionales, entre quienes figuran el secretario particular de Gil, Lorenzo Hernández, así como José Guzmán Montalvo, director general de Aduanas. Sobre los beneficios del Fideicomiso Aduanas I, el libro señala: "Y es que Aduanas I -utilizado indebidamente para captar los recursos provenientes del cobro del Derecho al Trámite Aduanero (DTA)- opera como la bolsa mayor que provee de efectivo sin control alguno a varias cajas chicas relacionadas con el trámite aduanero, todas consideradas como entidades privadas a pesar de que manejan dinero público, pues el DTA es aportado por los contribuyentes en su calidad de importadores de mercancías. "Así, el avieso y complejo mecanismo orquestado por Gil Díaz, según consta en documentos oficiales que él mismo firma como subsecretario de Ingresos en 1993, incluye varios fideicomisos y empresas, entre los que destacan ISOSA y un segundo fideicomiso denominado Consorcios de Comercio Exterior II, coloquialmente llamado Aduanas II". En septiembre de 1992, Gil Díaz sustituyó el contrato con Banjército y surgió la figura del empresario Ángel Rolando Gervassi Santiago. Según la investigación de Badillo, ambos signan el contrato del Fideicomiso SHCP-ISSA. Esta figura fiduciaria tiene por objeto aportar 99% del capital social de la empresa privada ISSA como garantía del contrato celebrado entre ésta y la Subsecretaría de Ingresos. También se estableció un Comité Técnico como único responsable de determinar el origen y destino de los recursos del DTA, "indebidamente depositados en el Fideicomiso SHCP-ISSA". Dicho comité "se integra mañosamente por funcionarios públicos nombrados por su presidente, que no es otro que el mismo Francisco Gil Díaz. Es entonces cuando el llamado fiscal de hierro toma el control de los recursos del DTA y de la empresa ISSA". Luego, explica Badillo, con la anuencia del empresario Gervassi Santiago, Gil Díaz colocó en el Comité Técnico a sus subordinados y hombres de confianza: Rubén Aguirre Panburg, subsecretario de Ingresos de la SHCP en la administración foxista; Luis Manuel Gutiérrez Levy, entonces administrador general de Aduanas y actual oficial mayor de la SHCP, como a Emilio Romano, director general de Aviación. Tres días después de que Gil Díaz colocó sus piezas, se efectuó la primea reunión del comité, en la que Lorenzo Hernández Herrera -quien desde diciembre de 2000 funge como secretario particular de Gil Díaz en la SHCP- fue designado como representante de la dependencia en los consejos de administración de las sociedades controladas por ISSA. Según los datos obtenidos por Badillo, el esquema ideado supuestamente para modernizar las 48 aduanas del país permite que, por más de una década, se desvíen los recursos del DTA a estas tres figuras "privadas". De acuerdo con la investigación, la mecánica es la siguiente: "El total de lo recaudado se deposita inicialmente en el Fideicomiso Aduanas I y de ahí es triangulado a la empresa ISOSA, que puede llegar a recibir hasta 53.04%, y al Fideicomiso Aduanas II, que puede captar hasta 33.91%, en contravención de toda la normatividad". En el último año del sexenio salinista, agrega, Aspe Armella trató de anular el fideicomiso. Ordenó "limpiar el cochinero" que dejó Gil Díaz tras su salida de la Subsecretaría de Ingresos. Pero esto, según Badillo, no fue posible, pues señala que durante el gobierno de Zedillo el fideicomiso siguió operando en el sigilo y hasta la fecha no se ha podido anular. -¿Qué relación tiene el manejo de esos fideicomisos con el contrabando? -Es una forma de mantener bajo control a los agentes aduanales. Se les controla con el Fideicomiso Aduanas II. El reportero Badillo sostiene en su libro que "Francisco Gil Díaz se colocó al frente de esta multimillonaria estafa en contra del erario" en dos momentos decisivos: entre mayo y junio de 1993, cuando creó el fideicomiso, y en 2003, cuando se consolidó como el más poderoso funcionario del gabinete y, como tal, "simula el proceso de extinción de dicho fideicomiso", el cual "hasta 2006, último año de la administración foxista, no se logra concretar".

http://www.emedios.com.mx/tools/detallenota/muestra_detalle_nota_seguimiento_prensa.asp?fech_difusion=27/02/2006&num_noticia=37&num_parte=1&cve_fuente=32

Como detalle, se sabe que Gil Díaz estuvo presente, durante el evento oficial, en el cual el presidente Felipe Calderón, atestiguó, la cancelación del timbre, que conmemoraró a Chichen Izta, como una de las 7 maravillas.

Que se escuche bien y que se escuche LEJOS
Y, sin embargo, se mueve...
Laura Tena

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