Tribunal Federal Electoral

El día de ayer se dio a conocer el primer caso de anulación que resolvió el Tribunal, con relación a la impugnación presentada en el Estado de México en las elecciones para Diputados. Su fallo por demás inatacable, consideró, que el candidato del PRD perdía la constancia de mayoría y en su lugar asumiría en encargo, el representante del PRI.

Por la tarde pude escuchar a quién había ganado en la elección el puesto de diputado, y que ahora lo perdía por el criterio adoptado por los 7 magistrados. Comentó que acataría el resultado pese a que el mismo estaba contradiciendo un criterio por el Tribunal adoptado en otros casos.

Hoy tuve la suerte de escuchar una parte de la sesión en la cual se diera ése fallo, y los magistrados recordaban una frase muy popular que cita “Pueblo chico, infierno grande”, cuando intercambiaban criterios del por qué era relevante el asunto, de que en las casillas se encontraran presente los Delegados, que cubren funciones sociales. La magistrada aseguraba, que son personas por demás conocidas dentro de la comunidad, y que por ello que pueden ejercer una enorme influencia hacia los votantes de su comunidad. Los demás magistrados secundaron ésa hipótesis, y después de leer el proyecto presentado, se sumaron en la votación para anular la constancia de mayoría, y que la misma constancia se le expidiera, al nuevo ganador.

Pues bien, yo me he quedado todo el día preguntándome lo siguiente:

¿Sí pesó tanto para el Tribunal, el considerar la presencia de Delegados en las casillas, para proceder a anular , porque según su criterio comentado,la equidad se podía quebrantar cuando una figura conocida y “poderosa” dentro de una comunidad, podía influir tanto en el ánimo del votante, y hasta cierto punto, se pueda considerar que ésa influencia es nociva, tan nociva como para generar en cierto sentido, un “vicio de voluntad” . Argumento que el Tribunal tomó tan en cuenta en éste caso en particular? ...

¿Cómo procederán a calificar la intervención de la Maestra Elba Esther Gordillo, y toda la operación política, que a través de sus relaciones con gobernadores desempeñó, en la elección para Presidente; situación por amplio sector después conocido, mediante las grabaciones que se hicieran públicas, en los medios ?

Porque sí el criterio es sostenido, en ése sentido y sí el Tribunal ya en la calificación final suma también los hechos de la propaganda de guerra sucia, más el argumento de campaña desde el Estado, más las probables irregularidades que estén por encima de un error humano, sin duda estaríamos ante la posibilidad de que el tan ansiado fallo, llegue al final, un poco más complicado de lo que algunos esperan, por aquello de la equidad tan cacareada en la contienda, donde equidad como tal, es sencillamente una quimera, ¿o no?.

Algunas voces de análisis político que son profesionales, han iniciado a pronunciarse en que es posible que para la semana que viene ya se tenga una calificación a la elección. Creo que no deja de ser un buen deseo su pronunciamiento, tal vez con la intención en su análisis cómo para ir abonando el terreno de conocer quién es el ganador, y con ello, que la agenda de gobierno formalmente pueda negociarse con todas las fuerzas políticas, y lo valioso que en ésos momentos deban hacer oír su voz, para lograr una agenda nacional que logre considere todos los temas, pero sobre todo, que nadie quede fuera de ella.

Los nuevos tiempos marcan que no se gana todo y que tampoco se pueden imponer agendas de la fórmula que ganó.

Y, no es por estar de aguafiestas, pero en lo personal, no creo que en tan poco tiempo se puedan desahogar todos los procedimientos que han presentado las partes en conflicto, como tampoco creo que el posible análisis que se desprenda de las impugnaciones que faltan por desahogar, se terminen en lo que falta de ésta, ni en la próxima, sigo pensando que el fallo final se dará después del 1° de septiembre, sí no es que el mismo 6 de septiembre.

Los tiempos jurídicos no pueden obedecer o deberse, a los tiempos políticos, y el estudio minucioso de cada una de ellas, mucho menos, porque de por medio está una calificación por demás relevante para el más importante de todos, para el más paciente de todos, que es México y nuestro futuro.

Sí en la vida es muy importante caminar y no correr…

En éste nuevo reto que es la segunda etapa para consolidar bases para una naciente democracia, escenario que nos está dotando de nuevas lecciones, de muy diversas y cotidianas acciones, sin duda, el caminar en mucho ayudará y nos permitirá tender los puentes que permitan la alianza y unidad de todos.

Ojalá que aprendamos a ESCUCHARNOS todos, y mediante el diálogo, logremos encontrar los acuerdos porque son muchos en miseria extrema que dependen de un compromiso ético, humano y visionario, para que se pueda colocar el acento e importancia de atender ésos errores que no han permitido, que el bienestar, la equidad, pero sobre todo el progreso, llegue a ellos.

Mucho se cita que la clase política mexicana se distingue por el arte de mentir, y ése aspecto deberá ser también transformado, para recuperar la confianza de un pueblo que por hoy, se encierra en 103 millones de mexicanos.

Un país de mentiras nunca podrá atender sus realidades, y al no atenderlas o al no asumir que debemos ejecutarlo, encarando nuestra realidad, lo más seguro es que correríamos el grave riesgo de quedar atrapados en más simulaciones de acciones de gobierno que no entreguen las soluciones adecuadas y que los inconformes, se sigan multiplicando y que escenarios como los que vemos hoy de manera más frecuente, ya nadie pueda controlarlos.

Deseable sigue siendo, que mientras sale el fallo final a todo el proceso, todas las partes emplearan su tiempo para buscar ideas que renueven las enormes fallas, que como País hemos tenido, tanto para generar como para distribuir las riquezas.

Laura Tena