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miércoles, diciembre 02, 2009

'Sería una pena el regreso del PRI': Vargas Llosa

Destaca el escritor avance democrático de México y advierte el riesgo de retroceso

Jorge Ricardo


Ciudad de México (2 diciembre 2009).- Masoquismo colectivo, así califica el escritor peruano Mario Vargas Llosa el posible regreso del PRI a la Presidencia de México en 2012.

"Sería una pena que México retornara a ser el monopolio de un partido tan absolutamente corrupto como fue el viejo PRI; sería una pena que México, que hoy es una democracia imperfecta, como lo son todas las latinoamericanas, pero democracia al fin y al cabo, retornara a ser el monopolio de un partido tan corrupto", afirmó en entrevista con REFORMA.

En 1990, Vargas Llosa acuñó el término "dictadura perfecta" para referirse al régimen priista que llevaba más de 60 años en el poder. Al triunfo del PAN, en 2000, consideró que México tenía una "democracia imperfecta" y ahora, ante los triunfos electorales recientes del tricolor y la posibilidad de que regrese a Los Pinos, el escritor peruano retoma el tema.

"Llamaría a eso masoquismo, masoquismo colectivo, si es que es verdad (el posible triunfo del PRI) y si es que es el mismo PRI que el pueblo mexicano rechazó en unas elecciones", consideró.

Antes de acudir a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el autor de "Conversación en La Catedral" dijo en entrevista telefónica desde España que se mantiene a la expectativa del acontecer político mexicano, debido a su repercusión en América Latina.

"Mi esperanza, y creo que la de todos los latinoamericanos porque lo que ocurre en México gravita sobre todo el resto del continente, es que el perfeccionamiento de la democracia no se estanque y que no sea un retroceso", sostuvo.

Ganador de los premios Rómulo Gallegos, Cervantes y el de la Paz de los Libreros de Alemania, Vargas Llosa consideró que es injusto no reconocer el progreso conseguido con la alternancia.

"En el México de hoy en día hay una libertad política, funcionan las instituciones, libertad de crítica, una diversificación política que constituye un enorme progreso sobre la dictadura perfecta; que no se hayan hecho todas las reformas que debían hacerse es muy lamentable, desde luego, pero hay progreso sin ninguna duda", enfatizó.

En junio de 1990, Vargas Llosa quedó en segundo lugar en las elecciones presidenciales en Perú. En septiembre de ese mismo año llegó a México, invitado por Octavio Paz, para participar en el encuentro "El siglo 20: la experiencia de la libertad", que organizó la revista Vuelta.

"La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México", dijo entonces y enseguida salió apresuradamente del País para evitar un conflicto político con el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari.

A Vargas Llosa no le preocupa la violencia que vive México. Conoce la violencia, tanto la social como la política, que se comparte en América Latina.

"No estoy acostumbrado porque uno nunca se acostumbra ni debe acostumbrarse, pero en todos nuestros países hemos vivido un poco al borde del apocalipsis", sostuvo.

"Además, tengo la impresión de que está amainando, de todas maneras se obtienen algunas victorias importantes en esa lucha terrible contra el narcotráfico y sus secuelas".

El autor de "La ciudad y los perros" presentará mañana en la FIL su libro "El viaje a la ficción. Homenaje a Juan Carlos Onetti" e inaugurará la exposición de cartas, apuntes, libros preferidos y fotografías Mario Vargas Llosa. La libertad y la vida, cuya versión escrita será comentada el viernes.
http://www.reforma.com/nacional/Articulo/530/1058821/



Evita Vargas Llosa sus biografías

Los escritores son profesionales del descontento, inventan otra realidad a la insatisfacción, define

Por Jorge Ricardo

Ciudad de México (2 diciembre 2009).- A Mario Vargas Llosa le apodaban el "sartrecillo valiente" en la década de los 50 en la Universidad de San Marcos. Su admiración por Jean-Paul Sartre, su búsqueda de una literatura comprometida con la actualidad, su adhesión al socialismo y los poemas que publicó en el periódico "La Industria" le ganaron ese mote.

Pasó medio siglo. El peruano se desilusionó del escritor francés y del socialismo, concluyó que la literatura que depende de la actualidad es efímera y se convenció de no ser un buen poeta, pero a los 73 años algunas cosas le hacen reconocerse todavía en ese sobrenombre.

"Por ejemplo, en creer que la literatura no es una actividad puramente divertida, entretenida, sino que tiene un efecto en la historia; desentenderme de lo que ocurre más allá de mi escritorio sería jugar al avestruz", sostiene en entrevista.

Sartre creyó que los efectos de la literatura en la realidad podían ser inmediatos, luego se desilusionó y dejó de escribir.

"Llegó a decir la tontería de que la literatura no sirve para nada frente a un niño que se muere de hambre. ¡Como si se pudiera poner en una balanza el hambre del mundo y la literatura!".

El escritor visita la Feria Internacional del Libro de Guadalajara para presentar dos volúmenes: La libertad y la vida y El viaje a la ficción. Homenaje a Juan Carlos Onetti, además de inaugurar una exposición en el Instituto Cultural Cabañas. Pero antes de llegar al País, insiste vía telefónica desde España en la fuerte relación entre literatura y política.

Porque la literatura no cambia la realidad a corto plazo, afirma, para eso está la actividad periodística, la participación en encuentros académicos y las entrevistas, en las que vuelve una y otra vez, como una obsesión, a los temas políticos.

"Sólo la literatura nos hace conscientes de problemáticas como el hambre, nos muestra cómo esos hechos sociales no son brotes espontáneos, sino que hay una concatenación de factores, por eso siempre ha sido considerada como una actividad sospechosa por los regímenes autoritarios de cualquier índole".

Los escritores son profesionales del descontento, inventan otra realidad a la insatisfacción, define.

"Si alguien está totalmente satisfecho consigo mismo y con la vida, no necesita crear otros mundos; la literatura, con el solo hecho de existir, es una manifestación crítica frente a la realidad tal como es".

Y si las letras no bastan, siempre queda la intervención directa. En 1990, Vargas Llosa fue candidato a las elecciones presidencias de su país, en 2008 las revistas Foreign Policy y Prospect lo designaron el latinoamericano más influyente en el mundo.

"Hay un tipo de libertad que muchas veces se oprime y que la literatura por sí sola no puede evitar", añade el autor de La ciudad y los perros.

Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, su nombre completo, ha publicado alrededor de 50 libros y ha sido merecedor de los más importantes premios literarios, como el Rómulo Gallegos y el Cervantes, pero aún no cuenta con su biógrafo inglés.

"¡Ah!, ya sé por qué me lo dice", afirma entre risas al captar la referencia a Gerald Martin, el biógrafo de Gabriel García Márquez, de quien está distanciado desde la célebre pelea que protagonizaron en 1976.

"Tengo algunos (biógrafos) en español", agrega. "Yo mismo he escrito algunas, pero no las leo ni me parece buena idea, es como jugar al muerto, como decir 'ya estoy muerto, vamos a leer qué dice el epitafio'".

Todo escritor es un hablador, reconoce Vargas Llosa, en referencia a la novela que publicó en 1987: El hablador, una obra acerca de unos personajes secretos y trashumantes, románticos y recelosos de la comunidad indígena machiguenga que van de un lado a otro contando las historias de los pueblos, recitando noches enteras una mezcla de verdad y mito, pasado y presente, que perpetúa la memoria colectiva.

"Los habladores revelan al lector su pertenencia a una comunidad, creo que eso vale para una sociedad moderna también. Los escritores mantienen la memoria histórica, una memoria que también puede ser fantaseada, como el hecho de que un mexicano, un paraguayo y un andaluz lean El Quijote y sientan que eso es un tronco común".

Vargas Llosa se sabe un escritor que renueva la técnica narrativa y muy polémico en sus convicciones políticas.

"He tratado en cada historia de que sea creíble, que sea vivida como una experiencia directa por el lector y eso exige una destreza formal, la técnica, la innovación viene de ahí. ¿Tengo menos lectores por mis convicciones? No lo sé, en todo caso habrá muchos que me leen con mucho disgusto".

Lleva a Guadalajara objetos personales

Mario Vargas Llosa considera que la realización en Guadalajara de la segunda feria internacional del libro más grande del mundo demuestra que la voluntad artística creadora florece sobre todo en condiciones sociales adversas.

"Todavía hay en América Latina cierta incomunicación en el ámbito literario, pero si en algún campo se ha progresado en los últimos 30 años creo que es en éste. Una prueba de ello me parece la feria de Guadalajara, que ha cobrado una irradiación internacional notable", señaló.

Vargas Llosa no oculta su emoción por asistir a la FIL. Ha participado como invitado en dos ocasiones, pero este año llega para presentar mañana El viaje a la ficción. Homenaje a Juan Carlos Onetti, un libro sobre "uno de los más grandes escritores de América Latina, cuya obra sobrevivirá a la prueba del tiempo".

Este jueves inaugurará también "Mario Vargas Llosa. La libertad y la vida" en el Instituto Cultural Cabañas, con el mayor número de objetos personales que ha exhibido en una muestra. Incluye fotos, primeras ediciones y traducciones de sus obras, además de correspondencia con autores como Julio Cortázar. Un libro con el mismo título de la exposición, publicado por Planeta, será presentado el viernes.



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